Llamar a la lluvia

Madrid

En su despedida como presidente del banco central europeo, las crónicas recuerdan que, con una frase, Mario Draghi salvó el euro, cuando dijo aquello de 'haremos lo que sea necesario'. Ocurre a veces: hay frases que traen hechos, como quien llama a la lluvia.

El famoso "apreteu" de Quim Torra entra en esa categoría, porque se sirve de la institución para dirigirse a la ciudadanía. Tampoco es casual que la población a la que se dirige, lejos de reconocerle pluralidad, él la llame un sol poble. Torra mide sus frases: un sol poble pero todas las violencias, que, más que una frase, es una bruma. Y así, frase a frase, se ha ido construyendo un marco.

Envuelta en frases de Gandhi, de Mandela, la presidenta de l’Assemblea Nacional sostiene que, sin violencia, no hay CNN. Y todo por salir en la CNN. Hace unos días, Lluis Bassets anticipó que estas frases llegarían cuando escribió estas otras en El País: "La apuesta de la oculta dirección independentista, decía, trata de rebajar aún más el límite de la tolerancia social de los catalanes con la violencia. La Barcelona incendiada es un nuevo episodio en el entrenamiento al que nos somete el independentismo".

"El mundo es así. Estos incidentes nos llevan a la prensa internacional", dijo Elisenda Paluzié al final de su entrevista en TV3. Soltó la frase sin enfatizarlo, como si no estuviera diciendo nada de gravedad, sin caer en que hay frases de las que uno ya no es capaz de regresar. Cuando se llama a la lluvia, luego no puede quejarse de que llueva.