Murió la paz entre Israel y Palestina
Tal día como hoy pero en 1995, un terrorista de la extrema derecha judía disparó por la espalda al primer ministrio israelí Isaac Rabin
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Dentro de los trabajos poco envidiables que hay por el mundo, el de primer ministro de Israel me parece de los peores. Incluso cuando haces bien tu trabajo, hay mucha gente que estará descontenta contigo. Y no descontenta en plan “ya no te voto más”, sino en plan “te voy a meter en el cuerpo una cantidad de plomo incompatible con la vida”.
Y eso es justo lo que le pasó a Isaac Rabin el 4 de noviembre de 1995, hoy hace 24 años. Rabin fue primer ministro dos veces, una en los años 70 y la otra de 1992 a 1995.
En esta segunda etapa, hizo algo que hasta entonces parecía impensable: se sentó a negociar con Yasser Arafat, el líder de la Organización para Liberación de Palestina. Después de pasarse prácticamente toda la vida intentando matarse mutuamente, decidieron que era el momento de probar la opción opuesta: intentar que tanto palestinos como judíos pudiesen vivir en paz.
En 1993 firmaron un histórico acuerdo que tenía que ser el principio de la creación de un estado palestino y el fin de la violencia entre ambos bandos. Para llegar a ese acuerdo, Israel tuvo que ceder territorios y Palestina aceptar la existencia del estado de Israel. El acuerdo fue bien recibido por la mayoría, y a sus dos forjadores les valió el Premio Nobel de la Paz de 1994.
Pero hubo extremistas en ambos bandos que no lo aceptaron. Hubo atentados suicidas de grupos islámicos y ultranacionalistas judíos que etiquetaron de traidor a Rabin.
El 4 de noviembre de 1995, Rabin hizo un discurso en la Plaza de los Reyes de Tel Aviv. Allí dijo: “La paz lleva intrínseca dolores y dificultades para poder ser conseguida. Pero no hay camino sin esos dolores”. Minutos después de pronunciar estas palabras, un terrorista de la extrema derecha judía le disparó mortalmente por la espalda. Murió Rabin, y, con él, la esperanza de la paz.