La corrupción es la nueva peste: mafia, folclore e intriga en Sevilla
La segunda temporada de 'La peste', la serie de Movistar creada por Rafa Cobos y Alberto Rodríguez, se sumerge en la corrupción, la mafia y la religión de la Sevilla del siglo XVI
"Utilizamos la mafia de la Garduña como diálogo entre el pasado y el presente", asegura el director
Rafa Cobos y Alberto Rodríguez, corrupción, religión y poder en 'La Peste'
25:56
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1573228970644/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
Rafa Cobos y Alberto Rodríguez vuelven a recrear el siglo XVI sevillano en la segunda temporada de La Peste, la mano de la Garduña. El 15 de noviembre, Movistar estrenará ocho nuevos capítulos en los que la corrupción es la nueva epidemia que asola la sociedad. Con muchos ecos a la actualidad, los creadores asumen que esos paralelismos entre las relaciones de poder “salen solos”. No era su intención continuar con la serie de forma antológica, pero la documentación y el desarrollo así lo han querido.
Después de la primera temporada, donde ambos creadores nos mostraban una Sevilla inmersa en la epidemia de peste más dura de su historia, la metáfora de la enfermedad se convierte en otra más duradera, la de la corrupción, que llega hasta nuestros días. “Nuestra intención era utilizar la Garduña para establecer un diálogo entre el pasado y el presente”, afirma Alberto Rodríguez, que ha dirigido dos capítulos de esta nueva entrega. “Parece que este país no acaba de recuperarse y que seguimos con los mismos problemas”, asegura sobre las similitudes en las relaciones de poder.
“Es una temporada que habla sobre el poder, sobre el que se ve pero también sobre el que está debajo”, dice Rafa Cobos. La Garduña, la organización criminal que pudo ser el origen de la mafia italiana, campaba a sus anchas en la época, y al terminar el proceso de documentación para la primera temporada de La Peste, encontraron un enorme “filón” para continuar la historia, encajando perfectamente la metáfora de la enfermedad.
Una enfermedad en la que la Iglesia y la religión están muy presentes, y en la que la Garduña se va formando a partir del descontento social y los gremios. “El origen de la hermandad son las reuniones de los gremios”, dice Cobos apoyándose en la documentación sobre la que han trabajado. “Se trataba de estructuras socialmente defensivas que trabajaban en gremios y cada uno de ellos adoraba a una imagen diferente”, continúa.
Una transición desde la oscuridad
Tras una primera temporada marcada por la oscuridad, en estos nuevos ocho capítulos se respira una atmósfera más luminosa. Ambos creadores hablan de cambios formales marcados por el guion. “La primera temporada habla de un melancólico, de un depresivo que no cree en Dios y hacía un viaje entre las sombras”, dice Alberto Rodríguez.
“Cuatro velas era un gran lujo en aquella época que muy pocos se podían plantear”, continúa Cobos sobre la iluminación de la serie. “Es un muy difícil, pero creo que hemos encontrado un equilibrio para poder reflejar esas calles sin iluminación”.
La comunidad y las mujeres, muy presentes
Además de la corrupción, el feminismo también está presente en la serie, sobre todo a través del personaje de Teresa Pinelo, que interpreta magistralmente Patricia López Arnaiz. “Una de las cosas que quedó pequeña en la primera temporada fue el desarrollo de este personaje”, dicen. De una primera temporada en la que no podía heredar una finca ni firmar sus cuadros por ser mujer, ahora emprenderá un viaje emocional para encontrarse a sí misma.
Uno de los ejes que vertebra la historia es cómo este personaje crea una comunidad a partir de las prostitutas de la ciudad. “Queríamos también utilizar la prostitución para hablar de la ciudad como forma de control”, asegura Cobos, y remarca el concepto de comunidad como uno de los pilares en los que se sustenta la historia. “Teresa, como muchos de los personajes, salen del extrarradio para relacionarse en comunidad”, asegura. A pesar de no querer escribir una temporada que girara alrededor del feminismo, “nos parecía muy orgánico explicar el viaje emocional del personaje a partir de una comunidad de mujeres”.