Teniente coronel Margarita Pardo: "Tras generaciones de conflicto, en Afganistán los niños te saludan haciendo que te disparan con los dedos"

Madrid

La teniente coronel Margarita Pardo del Ejército de Tierra visita #ElFaroVocación bajo el seudónimo de 'Pegaso' y charla con Mara Torres sobre su relación con el mar, que le relaja y le hace descansar y sobre su infancia que recuerda en Santander en la casa de sus abuelos con toda la familia reunida.

Margarita Pardo de Santallana es la primera mujer que asume el cargo de la Jefatura de un Batallón de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra. Nos ha confesado cómo lo de ser militar fue siempre su vocación porque en una familia de militares “lo que conoces es lo que te gusta”. En un primer momento, no encontrar mujeres en la profesión le hizo dudar si iba a ser capaz o si valía para hacerlo.

Cuando Pardo comunicó a su familia que iba a dedicarse a la carrera militar, confiesa, que a su madre le hizo mucha ilusión "porque es muy echada para delante" aunque a padre le dio miedo que pudiese vivir un Ejército tan duro y tan sacrificado como había vivido él en sus propias carnes en los inicios.

Tras haber sido madre cinco veces y con tres misiones a sus espaldas Pardo nos explica cómo es su trabajo. “Las misiones del Ejército de Tierra son muy variadas, en la mayor parte de los casos están encuadradas en organizaciones internacionales que emiten un mandato para que los Ejércitos, como herramientas de un país, puedan materializarlos.

Hay diferentes fases y mandatos según el mandato inicial. "Por ejemplo, es muy distinto lo que vivimos en Mali, que ayudábamos a formar al Ejército local, que lo que vivimos en Afganistán”, ha añadido Pardo.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Además, de las fases y mandatos el terreno marca completamente cómo se desarrollará la misión. “En algunas prácticamente no hay contacto con la población civil, las sociedades son muy distintas, en cualquier destino los niños saludan al verte llegar, en Afganistán los niños hacen como que te van a disparar con los dedos porque llevan muchísimas generaciones de conflictos”, ha explicado.

Nos ha contado cómo, al volver a casa, vuelve a su vida normal, a compartir su tiempo con su familia y a cambiar pañales hasta que vuelven a llamar para la próxima misión.