La muerte perinatal y gestacional: un duelo invisible

Madrid

Elia Andreo tiene dos hijos: Elia, en el corazón, y a Álex, de dos años y medio, en la habitación de al lado. El matiz es necesario y explica el dolor por el que pasó Elia y su marido cuando perdieron a su hija a los 25 días de nacer. Según el Instituto Nacional de Estadística, hay 5 muertes por cada mil embarazos, pero la realidad es que se trata de una cifra infradeclarada. En España, se contabilizan a partir de las 26 semanas, pero la Organización Mundial de la Salud recomienda hacerlo a partir de las 22. Olga Paloma, profesora de enfermería de la Universidad de Cádiz y directora de un grupo de investigación sobre muerte gestacional y neonatal, sostiene que lo ideal sería contabilizar también los casos que se dan en el primer trimestre. "Las familias no pierden semanas gestacionales, sino hijos", concluye Paloma.

Aroa Vaello es matrona del Hospital de Jerez y también trabaja para mejorar el trato que reciben las familias que atraviesan esta situación. A día de hoy, es habitual que una madre que pierde a su hijo se quede en la planta de maternidad. Supera el duelo rodeada de familias que celebran la llegada de hijos y nietos mientras escuchan llantos de bebés por la noche. También es recurrente la falta de formación de algunos profesionales. Elia recuerda cómo la psicóloga del hospital le dijo que en el tercer mundo es habitual perder hijos. Nunca ha podido olvidar esa frase.

El recuerdo tangible

El Colegio de Enfermería de Cádiz y la Universidad de Cádiz organizan estos días un programa de actividades para visibilizar este duelo invisible. Los profesionales reunidos en Cádiz abogan por darles "recuerdos tangibles": un mechón de pelo o la pinza del cordón. Una necesidad que sí trasladan las familias y que les ayudaría a hacer el duelo más llevadero.