¿Las bases ensanchan o estrechan la democracia?

Madrid

Con diferentes preguntas, con diferente grado de vinculación respecto a lo votado, PSOE, Unidas Podemos y ERC están preguntando estos días a sus bases sobre el apoyo al futuro gobierno de coalición que han pactado Sánchez e Iglesias. La consulta a las bases se está convirtiendo en práctica frecuente en los últimos tiempos, ya sea para avalar la compra de un chalet o para decidir un gobierno, y cabría preguntarse si con ella los líderes descargan responsabilidad en decisiones de calado, difieren decisiones que a ellos corresponde tomar o profundizan en la democratización del funcionamiento de sus organizaciones.

Seguramente la respuesta depende de la decisión que se somete a voto. En este caso concreto, nos encontramos ante la orientación de un gobierno una vez que se han celebrado elecciones generales en las que votaron más de 24 millones de ciudadanos. Los tres partidos recibieron casi 11 millones de votos y en las consultas - la de Unidas Podemos se cerrará mañana - participarán unos 240.000 militantes o simpatizantes, poco más del 2% de los votos recibidos en las urnas. Cabe defender que 240.000 son más que los 168 diputados elegidos. Pero es que esos diputados tienen la legitimidad y el deber de tomar decisiones por sí mismos en virtud de la representatividad otorgada por las urnas. Es más, podrían tomarlas incluso en contra de la orientación general de su partido, aunque la disciplina de voto ha difuminado ese derecho constitucional. Y así lo harán a lo largo de la legislatura sin que, suponemos, antes de aprobar cada ley organicen una nueva consulta.