Operación Nochebuena

Madrid

Para la Nochebuena espera Pablo Iglesias que haya gobierno y no lo espera sólo por las pocas reuniones que vemos, como la de ayer entre Esquerra y el PSOE, sino sobre todo por lo que no vemos. Está en marcha una operación Nochebuena y el PSOE trata de darle un empujón con Esquerra en pleno día de acción de gracias.

Se termina la semana con algunas cosas: el aval de las bases a que pacten PSOE y Podemos y el aval de Esquerra a su dirección. Se recurre a la llamada democracia directa para acabar, en realidad, dando más poder a los líderes. Un decreto digital ha descubierto, además, la primera fricción entre socialistas y Podemos en pleno curso prematrimonial, aviso de que las discrepancias importantes no estarán en los nombres, sino en las políticas, que es para lo que uno quiere ponerse. Y quieren ponerse, o eso dicen, para cuatro años. Nada de legislaturas cortas.

Todo el sigilo que han guardado unos esta semana mientras negociaban es el descaro de otros, que prefieren irse destapando. Ahí está Ortega Smith, para que nadie olvide lo que Vox es. Ahí está José María Aznar, que pregona el apocalipsis. Ahí está Quim Torra, apelando a tensar más todavía.

El bloque discreto frente al bloque tenso, que va de Vox a Torra. Igual será por algo que, esta semana también, hubo dos partidos que presentaron en el Congreso dos textos económicos, dos enmiendas, calcadas, palabra por palabra. Fueron Vox y Junts per Catalunya. Una comunión llamativa, porque es demasiado pronto para que se den esos brotes de espíritu navideño.