¿Aplausos absolutorios a Plácido Domingo?

Madrid

Placido Domingo actuó ayer en el Palau de les Arts de Valencia en su primera aparición en España tras las acusaciones de acoso por parte de 20 mujeres. Vendió todo el aforo, representó al rey de Babilonia en el Nabucco de Verdi y el público se volcó en una gran ovación que duró más de diez minutos, como en Salzburgo o en Zúrich, como si no hubiera pasado nada desde su última aparición.

Siempre es difícil valorar los aplausos que recibe un inmenso artista en apuros. Y más aún cuando el público valora a un elenco que no merecería el silencio o los abucheos a su estrella. Podría interpretarse la ovación de ayer como justo reconocimiento a su actuación o como una absolución pública a las acusaciones privadas. Y seguramente en Valencia se cruzaron ambas intenciones. Esta reacción doméstica contrasta con la que ha recibido en EE.UU., en donde ha tenido que renunciar a cargos y honores y cancelar actuaciones, como ángel expulsado del paraíso. Y seguramente ambas reacciones tienen un punto de sobreactuación que solo el tiempo y las circunstancias pondrán en su justo lugar.