"Mientras no tengamos la firma del acuerdo, existe el riesgo de que descarrile este proceso"

Madrid

Este viernes se han despejado dos de las mayores incertidumbres económicas del 2019: a nivel global, Estados Unidos y China llegan a un preacuerdo comercial con el objetivo de desactivar los aranceles que preveían imponerse mutuamente a partir del próximo domingo y se comprometen a seguir negociando para rebajar los aranceles que ya se están aplicando; y, en Reino Unido, la victoria de Boris Johnson en las elecciones despeja el camino para su tan ansiado Brexit.

Los mercados no han reflejado excesivamente el impacto de la primera de las informaciones. “Hay que tener en cuenta que el mercado venía posicionado ya de forma muy optimista a lo largo del mes de octubre y de noviembre y lo que llevamos de diciembre, por ese motivo encontramos bolsas estadounidenses en máximos históricos y también hemos visto un comportamiento muy bueno en índices como el CAC francés o el DAX alemán, que estaban ahí atacando máximos históricos. Por tanto, aunque la noticia, evidentemente es muy positiva, porque aleja el riesgo de una guerra comercial en una magnitud absoluta sobre la totalidad de los productos, lo cierto es que el mercado se había posicionado previamente ya de cada a que este era el desenlace más probable” apunta Pablo Gil, estratega jefe de XTB. Creo que hay muchos riesgos. “Por el lado del acuerdo comercial lo que más han celebrado las bolsas, y creo que es muy positivo, es que evitamos la entrada en vigor de nuevos aranceles este domingo" señala, aunque asegura que el problema es plasmarlo en un documento, asegura. "Mientras no tengamos la firma de dicho acuerdo, existe el riesgo de que descarrile este proceso”.

Sin embargo, los mercados han aplaudido la segunda de ellas -la victoria de Boris Johnson- y el Ibex lo ha recibido tocando máximos del año, aunque al final de la sesión se han moderado las subidas. "Aquí lo que hemos conseguido que es muy importante es abandonar definitivamente el peor de los escenarios, que era lo que denominábamos un Brexit duro", certifica Gil.