Juan Gómez Jurado: "Solo se puede entender una situación tan traumática desde la risa"

Madrid

Juan Gómez Jurado nos visitó recientemente para hablarnos de su última novela Loba negra. Pero hoy, el día de su 42 cumpleaños, nos viene a hablar de su propia historia, de su vida. Esta mañana escribió un tweet que decía: “Hace hoy 42 años, una señora abandonó al bebé de la foto en la Maternidad de O’Donnell. Hoy, tras haber encontrado una familia y unos amigos que me ayudan cada día a superarlo, sólo puedo decir que ella se lo pierde.”

Tras este tweet, la red social se ha llenado de mensajes de apoyo al escritor y de otros usuarios que contaban su experiencia. Juan Gómez Jurado ha decidido visitar La Ventana para celebrar su cumpleaños y así contarnos cómo ha vivido él todo este proceso.

“El amor existe”, nos dice con respecto a sus padres, los que lo adoptaron. Aunque reconoce que “hay un agujero que no puedes llenar de ninguna forma”, afirma que ese vacío nunca llega a estar completo y él es consciente de que nunca lo va a estar.

Nos cuenta que lo supo desde siempre, aunque de forma fehaciente lo descubrió ya siendo adulto. Por eso, nos dice, ahora que él es padre, ha decidido que a sus hijos no les iba a mentir nunca, “salvo con una cosa que tiene que ver con una fecha muy concreta”.

Confiesa que hablar de esto le incomoda: “lo veo como algo natural, pero al mismo tiempo me expone”. Además, nos dice, ser una persona que no es capaz de dejar a nadie en el camino, hace que le resulte mucho más duro asumir que alguien haya podido hacer algo así con él.

“Mi madre había tenido 5 embarazos que no llegaron a término”, nos ha dicho sobre su madre adoptiva, ya fallecida, al igual que su padre. También nos ha dicho que asimilarlo fue muy difícil: “tienes curiosidad y de repente rechazo”. En la época en la que se enteró de su historia se encontraba en una situación muy difícil. Se estaba divorciando de su primera mujer y a su padre le acababan de diagnosticar cáncer.

“Me hundí por completo”, confiesa. Agradece a sus amigos, que le enseñaron que una situación tan traumática de estas características solo puede ser entendida desde la risa y el sentido del humor.

Nos ha contado que fueron los libros el elemento con el que intentó llenar ese vacío, un vacío que tiene claro que es lo que acaba convirtiéndolo en escritor. Se acuerda del mundo de Tolkien y lamenta que Harry Potter llegara cuando ya tenía 19 años: “¿Dónde estabas cuándo tenía 10?”

Cuando es incapaz de llenar el vacío con otros libros se dedica a escribir y lo llena con los suyos. Tiene claro que “cómo nos relacionamos con nuestra propia historia es lo que configura a un ser humano”.