España en modo 'Sálvame'
undefinedCadena SER
Madrid
Hace ya bastante tiempo tengo la sensación de que España parece, en ocasiones, un plató gigante de ‘Sálvame’. Cualquier discusión, cualquier debate -ya sea de política, de deporte, de cultura…-, cualquier diferencia de criterios, por nimia que parezca, acaba convertida en un auténtico guirigay. Y como además las redes sociales -o incluso los propios medios, comenzando por la televisión- y sobre todo nuestros representantes políticos proporcionan abundante munición para el griterío, pues esto es un sindiós. Y hoy es uno de esos días en los que, yo personalmente, agradecería un pelín más de sosiego y de empatía.
¿Qué ha pasado hoy? Bueno, de entrada, que la justicia europea le ha dado a la justicia española un revolcón considerable. Eso es así y no creo que admita muchas interpretaciones. Prohibirle a un eurodiputado electo como Junqueras recoger su acta cuando no estaba condenado parecía una exageración; y así se ha demostrado. Entonces, ¿por qué ocurrió esto? Pues ahí yo veo el efecto ‘Sálvame’: la sobreactuación, los gestos exagerados, teatrales, los mensajes casi mesiánicos para deslegitimar al rival. Más o menos el mismo pecado que hoy exhiben los partidos independentistas al reaccionar a la sentencia de Luxemburgo como si el Barça le hubiera metido cinco goles al Madrid, cosa que, como todos sabemos, no ocurrió.
Porque, además -casualidades de la vida, yo creo más bien poco en ellas- el propio president de la Generalitat, Joaquim Torra, ha sido hoy inhabilitado por otra sobreactuación: por ignorar la orden de retirar unos símbolos no neutrales durante la campaña electoral. ¿Reacción de Torra? “A mí solo me inhabilita el Parlament”. Otro gesto sobreactuado, porque eso no es así. ¡Claro que le pueden inhabilitar por saltarse la ley! Como se pudo procesar a los que lo hicieron en 2017. Otra cosa es que después la sentencia y la larga prisión preventiva le parezca a cada cual más o menos dura, más justa o más injusta. Pero la ley es la ley, la política es la política, cada cual tiene sus instrumentos y sus instituciones y retorcerlas sólo conduce a eso: a ‘Sálvame’. Yo, sinceramente, prefiero ‘Ilustres ignorantes’. O documentales de bichos.