Diez años sin Iván Zulueta, el director que apenas pudo (o quiso) serlo

Madrid

Iván Zulueta fue un cineasta adelantado a su tiempo. Nació en San Sebastián en 1943. Con veinte años viajó a Nueva York que, por entonces, vivía en plena eclosión del movimiento pop, con Andy Warhol y Roy Lichtenstein como abanderados en el mundo de la pintura. En la ciudad de los rascacielos se matriculó en una escuela de arte y se empapó del cine underground y de vanguardia. Cuando volvió a España ingresó en la Escuela Oficial de Cine y comenzó a rodar cortometrajes. Además, en Televisión Española realizó un programa musical innovador, rompedor y rebelde titulado El último grito. Un programa con el que comenzó su carrera en televisión el periodista José María Iñigo y en el que Iván Zulueta realizaba lo que luego se conocieron como videoclips.

Su primer largo, en 1969, fue un musical con un aire pop muy cercano a la película de los Beatles Qué noche la de aquel día, que estaba producido por José Luis Borau y se tituló Un, dos, tres al escondite inglés. El guión, escrito mano a mano con otro futuro director, Jaime Chávarri, era una sucesión de divertidas actuaciones musicales a cargo de cantantes y de grupos famosos como los Pop-Tops, Fórmula V o Los Mitos. Comercialmente apenas tuvo repercusión pero sí se hizo un pequeño hueco en las entonces llamadas salas de arte y ensayo.

Después de esta experiencia cinematográfica Zulueta decidió alejarse un tiempo de la realización de largometrajes y se centró en dirigir cortos en super 8, unas pequeñas películas que hoy en día son objetos de culto para los cinéfilos: Kin Kon, Mi ego está en Babia, Leo es pardo... También se dedicó a diseñar carteles de cine. Iván Zulueta es el autor de los pósters de películas tan célebres como Viridiana de Luis Buñuel, Mi querida señorita de Jaime de Armiñán o ¿Qué he hecho yo para merecer esto? de Pedro Almodóvar. Casi diez años después, en 1979, rodaría su segundo y último largometraje: Arrebato.

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Arrebato es una película fascinante, casi hipnótica. Cuenta la relación de dos personajes, un director de películas baratas de terror y un realizador de cortos de super 8, que están enganchados al cine como si éste fuera una droga más. La película, que habla abiertamente y con descaro del suicidio, los estupefacientes y la homosexualidad, está protagonizada por Eusebio Poncela, Cecilia Roth y Will Moore. También intervienen en ella el que fuera crítico cinematográfico de Televisión Española Antonio Gasset, en un pequeño papel de montador, y Pedro Almodóvar, doblando la voz del personaje que interpreta Helena Fernán-Gómez. Almodóvar, además, participó como figurante en algunas escenas que, al final, fueron cortadas. Y es que, el cine de Zulueta y en especial Arrebato influyó mucho en la posterior obra del director manchego, especialmente en La ley del deseo.

Con el paso de los años Arrebato se ha convertido en un film de culto y muchos críticos la consideran una de las películas imprescindibles dentro de la historia del cine español. Fue, como recordaba Cecilia Roth, “un film que se adelantó a su tiempo. Es el comienzo, el permiso, la puerta abierta para lo que vino después en los 80 tanto estética como narrativamente”. Pero tras estrenarla Iván Zulueta volvió a desaparecer. Sus problemas con las drogas hicieron que se aislara y que permaneciera prácticamente encerrado en su casa, haciendo miles de fotografías con una máquina polaroid, experimentando una y otra vez con las posibilidades de la imagen. Una década después, en 1989, reapareció brevemente como director filmando un episodio de la serie de Televisión Española Delirios de amor titulado Párpados. Años después volvería a rodar otro episodio para otra serie: Crónicas del mal. Y nada más. El director volvió a su Donostia natal donde vivió el resto de su vida sin apenas salir de casa, siempre con el deseo de volver a ponerse detrás de las cámaras. Pero no fue así. Iván Zulueta murió el 30 de diciembre de 2009, a los 66 años, dejando una pequeña pero fundamental huella en la historia del cine español.

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