Mal empezamos

Madrid

Pues no, lamentablemente no empezamos bien, y conste que a este Ojo le gustaría tener un ratito, al menos un ratito, para jalear al nuevo gobierno, ánimo, valientes, el mundo es vuestro. Pero nada, hacen dos movimientos y los dos los hacen mal. Todo un récord.

Ya fue un disparate que Unidas Podemos adelantara sus ministros –incluido un redundante ministerio de Universidades- sin esperar a que fuera el presidente, que es quien los nombra, el que lo hiciera. Pareció una presuntuosa proclama de Pablo Iglesias: estos señores y estas señoras se sientan aquí porque lo he dicho yo. O sea, un dislate, un feo arranque, pero en ese momento estábamos a Rolex y no a setas.

Ahora es Sánchez quien se saca de la manga una cuarta vicepresidencia, de nombre tan retorcido como el elegido por Iglesias para su tarjeta de visita, pero que a primera vista podría solaparse con esa ignota Agenda 2030 que se atribuye Iglesias.

Cierre ya el presidente Sánchez este ridículo goteo de carteras, que al exceso de ministros le acompañará el barullo