La otra cara de la Supercopa
Hablamos con la periodista Ebbaba Hameida de la realidad femenina en Arabia Saudí
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Madrid
En una nueva semana buscando lo mejor de la sociedad, el nuevo Buenismo Bien se centra en uno de los acontecimientos deportivos más comentados en las últimas semanas: la Supercopa de España. El torneo disputado en Arabia Saudí ha suscitado muchísimas críticas debido al más que cuestionado respeto por los Derechos Humanos en el país.
Manuel Burque y Quique Peinado entrevistan a Ebbaba Hameida, redactora en los servicios informativos de Radio Nacional de España y encargada de la sección Ultravioleta. En su último reportaje, Ebbaba denunció la precaria situación que viven las mujeres en Arabia Saudí y el blanqueamiento, por parte de los medios de comunicación, de este hecho por intereses económicos y deportivos. Precisamente, una de las medidas más comentadas ha sido que, por primera vez, se dejara a las mujeres compartir el mismo espacio en las gradas que a los hombres en un partido de fútbol.
"Se ha vendido como un avance tremendo el hecho de que las mujeres tengan más libertades como que puedan conducir o ir a partidos de fútbol, pero en realidad, necesitan el permiso de un hombre para poder hacerlo. No son libres para elegir", denuncia. Respecto al comentado gesto de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de no llevar velo, Ebbeba ha declarado que para ella no es ningún gesto de heroicidad,"desde hace varios años, las dirigentes políticas no tienen por qué hacerlo, no es para nada un gesto feminista. Las saudíes que realmente no quieren llevar velo por elección propia están en la cárcel".
La periodista tampoco ha pasado por alto la portada del diario deportivo Marca, en la que se veía a dos aficionados saudíes, un hombre y una mujer, con camisetas del Atlético y el Real Madrid. Él luciendo la camiseta con total libertad y ella totalmente cubierta con burka. "La portada ha deshumanizado a las mujeres", declara. Ebbeba ha querido remarcar la idea de que no se puede apoyar el discurso conservador del Islam, "no se puede usar la religión como discurso del odio, pero tampoco como símbolo de modernidad".