Las cosas buenas de la vida
Madrid
No se lo van a creer -y menos siendo lunes, cuando el ánimo y la esperanza suelen estar bajo mínimos- pero he descubierto que igual hay una manera de mejorar nuestras vidas. O de intentarlo, que no es poca cosa. ¡Ojo! No estoy hablando del enésimo pollo político: que si Torra ya no es diputado y a ver qué pasa ahora en Catalunya. Tampoco de la última marcianada de Trump -o penúltima- sumándose a una marcha antiabortista siendo como es -o debería ser- presidente de todos los norteamericanos. Ni tan siquiera del despelleje público que cada año por estas fechas sucede a la gala de los Goya. No. Revertir algo de eso -o de otras cosas que todos tenemos en la cabeza- entraría en la categoría de los milagros. No.
Yo digo nuestra vida, la particular, la personal la íntima; un poco como el rellano de nuestra escalera, no el edificio entero. Si se inventara una máquina que hiciera posible que nos pasen cosas buenas, ¿verdad que la compraríamos? Bueno, pues no es una máquina: es un libro que se titular precisamente así: ‘Cómo hacer que te pasen cosas buenas’. Y algo debe tener porque ha superado los 300.00 ejemplares, va por la edición número 20 y fue el más vendido de no ficción durante el pasado año; sólo superado por gigantes de la ficción como Pérez-Reverte, Dolores Redondo o Juan Gómez Jurado.
De hecho este libro también cuenta historias -como una novela-, casos reales que la autora -psiquiatra de profesión- ha conocido en su consulta. Y para mí la conclusión más rotunda es que “el modo en que pensamos y sentimos condiciona nuestra calidad y cantidad de vida”.