'Judy', los últimos días de una diva maltratada
Rupert Goold dirige este biopic que se centra en los últimos meses de vida de la actriz de 'El Mago de Oz', sobrepasada por la fama, el trabajo y los traumas infantiles. Renée Zellweger es la favorita al Óscar por este papel
El Cine en la SER: 'Judy', los últimos días de una diva maltratada (31/01/2020)
01:21:47
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Madrid
Si algo le gusta a Hollywood es hablar de sí mismo. Así que llega uno de esos biopics de estrellas con final trágico: Renée Zellweger se convierte en Judy Garland en Judy, película con la que opta al Óscar. En Sucedió una noche, repasamos la vida y carrera de la protagonista de El Mago de Oz. A Netflix llega uno de los grandes estrenos de la semana, lo nuevo de los hermanos Safdie con Adam Sandler, Diamantes en bruto. Otra tendencia muy hollywoodiense es el cine de supervivencia y vuelve con Underwater, con Kristen Stewart atrapada en un submarino. La propuesta independiente es Un momento en el tiempo: Waves, un dramón familiar con Sterling K. Brown. Y después de los Goya, sigue el cine español con Adú, una produción rodada en África con Anna Castillo y Luis Tosar. En televisión volvemos al documental: Movistar Plus estrena El Palmar de Troya, una serie que desentraña la historia de esta controvertida Iglesia.
- Estrenos de cine: de 02:00 a 30:00 minutos
- Sucedió una noche: de 30:00 a 54:00 minutos
- Estrenos de televisión: de 55:00 a 80:00 minutos
Judy (Rupert Goold)
En el invierno de 1969 Judy Garland actuó durante cinco semanas en la sala The Talk of The Town de Londres. Judy llegó a la capital británica completamente rota, con la voz deteriorada. Incapaz de cantar por los nervios. Estaba prácticamente arruinada y su salud era muy frágil. A sus problemas con el alcohol se unía su adicción a las pastillas que tomaba desde que era niña, cuando trabajaba a las órdenes de Louis B. Mayer en la Metro rodando El Mago de Oz. Pastillas que la mantenían despierta o que intentaban romper su insomnio crónico.
Además, Judy mantenía una agria disputa con su tercer marido, el empresario Sidney Luft, por la custodia de sus hijos, Lorna y Joseph. En Londres se casó con el que fue su último marido, el empresario Micky Deans, con el que vivió un breve periodo de felicidad. En Judy, la película, vemos estos últimos meses de vida de la actriz. El film está inspirado en el musical teatral End of The Rainbow, pero ha contado también con el asesoramiento y los testimonios de la que fue la ayudante de Judy Garland durante esas semanas, Rosalyn Wilder. La película ha sido dirigida por el escritor y realizador Rupert Goold que ha querido mostrar el juguete roto en el que se convirtió Judy Garland después de ser una estrella infantil. Judy odiaba Hollywood y nunca quiso que sus hijos siguieran sus pasos.
Renée Zellweger era desde niña muy fan de Judy Garland, pero desconocía totalmente cómo fueron de duros los últimos meses de su vida. Ella misma canta las canciones más conocidas del repertorio de la estrella. Más que imitar, llega a la esencia del mito. Nos muestra a una mujer frágil y desesperada. El film se convierte en un retrato sobre su decadencia, aunque sin ser demasiado crítico con el mundo del cine que contribuyó tanto a su esplendor como a su posterior caída. Un papel por el que la actriz ha ganado los principales premios de la temporada y que la sitúan como la gran favorita para conseguir el Oscar, el segundo de su carrera. En el largometraje también se apunta cómo Judy Garland se convirtió en un icono gay y esta canción, la mítica Over The Rainbow de El mago de Oz, en un himno para todos aquellos que se sienten marginados, diferentes y que desean encontrar su paz interior. Judy Garland murió en Londres el 22 de junio de 1969, pocos meses después de que terminaran sus actuaciones, por una sobredosis de barbitúricos. Tenía tan solo 47 años.
Diamantes en bruto (Ben Safdie, Joshua Safdie)
Los hermanos Safdie han rastreado en su cine los bajos fondos de su ciudad, Nueva York, como pocos han hecho. Y además, ese viaje lo han emprendido con actores que vienen de triunfar en otros géneros. Cogieron a Robert Pattinson para protagonizar Good Times, y ahora han fichado a Adam Sandler para Uncut Gems, Diamantes en bruto.
Sandler es uno de los actores más conocidos y queridos por el público gracias a películas como Un Papa genial o 50 primeras citas. También le hemos visto trabajar con directores de culto como Paul Thomas Anderson en Embriagado de amor o Jason Reitman en Hombres, mujeres y niños, pero nunca en un papel tan extravagante como el que han escrito los Safdie junto al guionista Ronald Bronstein.
Es un joyero de Nueva York que le gustan las apuestas arriesgadas y cree que puede hacerse rico con eso, pero el negocio está muy peleado y lo entenderá de la peor forma, su familia está en peligro y sus enemigos no lo dejan en paz.
Producida por Martin Scorsese y distribuida por Netflix, este thriller policial y callejero tiene un ritmo apabullante y una banda sonora estridente, elementos que meten al espectador en la misma espiral adictiva y sin salida a la que está sometido este protagonista, un hombre, judío, de mediana edad, obsesionado con el dinero, los lujos y las apuestas.
Thriller, drama y comedia, los tres géneros se mezclan en esta cinta que es, además, un retrato oscuro de la comunidad judía en Nueva York, muy diferente al que han ofrecido otros directores judíos. Su padre se dedicaba a ese oficio que ahora muestran en la gran pantalla.
Junto a Adam Sandler aparecen Pom Klementieff, actriz del universo Marvel, Lakeith Lee Stanfield o Idina Menzel, la cantante del famoso Let it go de Frozen. Pero hay más: los Safdie han reunido al reparto más loco de la temporada. A ellos se suman el rapero The Weekend, que se ríe de sí mismo, y los jugadores de baloncesto de la NBA, habían incluso pensado en la posibilidad de incluir al fallecido Kobe Bryant, pero la estrella es Kevin Garnett.
Muchas referencias al baloncesto, a la música y la cultura popular, en una película que intenta ser lo más real posible para meter al espectador en ese submundo que han creado y que abunda en los callejones de su ciudad. La película no está en los Oscar, quizá es una propuesta demasiado atrevida para la clásica Academia de Hollywood, pero es una de las favoritas para los Independent Award.
Un momento en el tiempo: Waves (Trey Edward Shults)
El retrato de la familia es el retrato de una sociedad y su tiempo. El cine ha mostrado su evolución durante décadas, y esa obsesión recorre la filmografía de Trey Edward Shults, uno de los directores más prometedores de EEUU. Con Un momento en el tiempo-Waves va un paso más allá al colocar en el centro de la historia a una familia afroamericana de clase media alta.
El joven realizador, de solo 31 años, ahonda en su tercera película en las dinámicas familiares, pero con una propuesta más radical y ambiciosa, dividida en dos grandes relatos. Por un lado, examina las relaciones paterno-filiales. Sterling K. Brown, ganador del Oscar por Green Book y protagonista de la serie This is us, asume el papel de padre autoritario e intransigente, cuyas presiones llevan al extremo a uno de sus hijos.
Un hombre hecho a sí mismo que, marcado por un pasado traumático y consciente del racismo, impone la disciplina al cariño, empeñado en marca las expectativas de su hijo. El miedo, las dudas y la rebeldía se juntan en ese joven atleta que encarna Kevin Harrison Jr. El actor, con el que el director ya había trabajo en su anterior cinta, participó en la construcción de este personaje, un popular adolescente que no puede permitirse ser vulnerable.
El acierto de la película es combinar ese trato tóxico con un estudio de las relaciones adolescentes en la actualidad. La exigencia física y psicológica, la relación con su primera novia -una de las actrices de la serie Euphoria, por cierto- y un entorno opresivo llevan a este joven a una espiral de autodestrucción, un viaje a la oscuridad, con drogas y violencia, que el director acompaña con una frenética realización. Una apuesta estética llena de colores llamativos, bruscos movimientos de cámara y un popurrí musical, desde Frank Ocean a Kendrick Lamar, que subrayan la tensión y agonía de ese hijo atrapado y sin recursos emocionales.
El director admite la influencia del cine de Wong Kar Wai para darle forma a un proyecto en el que lleva trabajando más de 10 años. El estado mental de los protagonistas, su vida interior, define el tratamiento visual. Un hecho trágico marca un punto de inflexión en la película que le sirve para cambiar la mirada. El angustioso primer acto da paso a un segundo pasaje contenido, reflexivo y luminoso, donde la cámara y la música también se relajan.
La hija encabeza esta parte, un viaje en busca de la identidad marcado por el primer amor y la fragilidad de los lazos familiares. Taylor Russel y Lucas Hedges protagonizan un relato sosegado de tránsito a la madurez, que se aferra a las emociones y la comunicación para curar las heridas. El flujo del amor y el dolor por la vida de esta familia articula toda la película, un melodrama colosal, por momentos excesivo en lo formal, que también indaga en el racismo, la masculinidad tóxica y las clases sociales para conformar esta panorámica de la América de hoy.
Underwater (William Eubank)
La propuesta más comercial de la semana tenía visos de blockbuster pero ha acabado siendo una película más. William Eubank, el de La señal, dirige esta historia de supervivencia que protagoniza Kristen Stewart, que parte de una tripulación de un submarino que queda atrapado en el mar mientras le atacan todo tipo de depredadores marinos. El problema de la cinta es de guion, no hay historia ni personajes definidos, solo una huida por los fondos marinos entra estas criaturas. La única moraleja es su mensaje: los humanos han ido demasiado lejos en sus experimentos, perforaciones en el mar, y la naturaleza se rebela.
Adú (Salvador Calvo)
Salvador Calvo se convierte con Adú, su nueva película, en el primero en rodar en Benín. El país se estrena en las pantallas con un viaje cargado de crítica social. Adú es un drama que narra tres historias unidas por un tema central. Por un lado, en un intento desesperado por alcanzar Europa, un niño de seis años y su hermana mayor esperan para colarse en las bodegas de un avión. No demasiado lejos, un activista medioambiental lucha contra la caza furtiva y se enfrenta a los problemas de su hija recién llegada de España. Y miles de kilómetros al norte, en Melilla, un grupo de guardias civiles se prepara para enfrentarse a un grupo de subsaharianos que intenta saltar la valla de Melilla.
Es una película inspirada en historias reales que pretende hacer entender la realidad del drama migratorio en torno a la valla de Melilla. “Lo que hemos intentado es ponerle cara y ojos a esas personas que normalmente son números y cifras que abren los informativos y las páginas de los periódicos y que el espectador juzgue y entienda que eso no se hace por capricho, sino que se hace por necesidad, porque nadie deja a su familia, a sus amigos y su entorno para terminar vagabundeando por España sin trabajo, sin dinero, pasando frío, eso no se hace gratis, se hace porque no hay otro camino para resolver el problema”, dice Calvo.
La trama principal es la de esos niños que viajan de África a España y como contraste está la de los occidentales que hacen el viaje a la inversa porque necesitan algo de África, recuperar la comunicación entre ellos. Padre e hija interpretados por Luis Tosar y Anna Castillo además de cargar con la mirada paternalista a África, serán los encargados de atraer al público a las salas por ser las caras más conocidas del filme. Cuenta Anna Castillo que la historia de sus personajes tiene la misión de “poner de espejo a la gente occidental que va a ver la película y de hacer un poco de contraste con la trama principal y que sea la vía conductora para conectar y que luego se haga la lectura de lo importante”
Si bien esta historia y la de los guardias civiles en la valla hacen su función y también tratan temas de importancia, se presentan de forma demasiado superficial y no hacen más que desinflar la trama principal, de trasfondo muy potente y que podría dar lugar a una ilustración de la situación mucho más impactante, acompañando así a la estética de la cinta. Aun así, Adú es una historia totalmente necesaria para entender el origen de la inmigración y enterrar todo se argumentario xenófobo que hoy vomitan algunos políticos.
Para toda la muerte (Alfonso Sánchez Fernández)
La comedia sigue siendo el género más demandado, lo saben bien Alberto López y Alfonso Sánchez, los protagonistas de El mundo es suyo y El mundo es nuestro, pareja de los llamados compadres. Un humor un tanto especial que impregna su nueva película Para toda la muerte. La historia de un opositor que lleva ocho años intentando sacarse una oposición para ser funcionario. Cuando creía que lo había logrado, surge algún inconveniente que le hará trazar un delirante plan.