Ricardo Cavolo: "Me hace feliz pintar mujeres peleonas, luchadoras y triunfadoras"
Uno de los ilustradores españoles más reconocidos a nivel internacional visita #ElFaroVaqueros
El ilustrador Ricardo Cavolo visita #ElFaroVaqueros bajo el seudónimo Armin Tamzarian un personaje de Los Simpson, serie que reconoce que cambió su vida y que le ha ayudado a inspirarse a lo largo de toda su carrera. Charla con Mara Torres del mar y de la infancia y de cómo su proceso creativo pone la mirada en las vivencias que ha ido acumulando con los años, desde el niño solitario que fue al adulto que firma colaboraciones con gigantes multinacionales como Nike o Apple.
Ricardo Cavolo: "Me hace feliz pintar mujeres peleonas, luchadoras y triunfadoras"
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El olor de su niñez era el aguarrás, lo tiene claro. Criado entre el taller de pintura de su padre y el poblado del gitano con el que se casó su madre, algo que cambió por completo su visión del mundo. "Siempre digo que hay dos realidades en la sociedad: la A y la B. De niño las asumes como normales, de adulto te das cuenta que la cara B de la sociedad está llena de injusticias. El espírutu de mi trabajo es mostrar esas partes de la sociedad olvidadas, como el poblado en el que viví con mi madre un tiempo", ha explicado.
Nos ha confesado cómo compartía muchas horas en el taller de su padre, acompañándolo en un pequeño pupitre pegado al suyo. "Usábamos un folio y los dos dibujábamos insultos con las caras del otro, eran como unos insultos visuales", ha explicado Cavolo, sobre cómo ese ambiente artista con su padre fue una gran escuela.
Ricardo ha corroborado la fiebre de la ilustración, los buenos tiempos para los artistas plásticos que han traído las nuevas tecnologías. "Sigue habiendo tapones, especialmente para las mujeres, pero se está abriendo el campo muchísimo", ha añadido. En ese campo, en el del feminismo, reconoce que ha evolucionado y se ha redescubierto a sí mismo ilustrando a mujeres "por fin" como luchadoras y empoderadas, después de muchos años con una tendencia, heredada de la sociedad, en la que no abundaban los perfiles femeninos en sus proyectos.