Obcecados con el espectáculo

Madrid

Al Gobierno no debiera molestarle que la oposición haga exactamente eso, dura labor de oposición, y pretenda sacar los colores al primer ministro que incurra en desliz.

Ya dijimos aquí en su momento que el titular de Transportes, José Luis Ábalos, reconvertido por un día en ministro de Exteriores por la varita mágica del presidente Sánchez, estaba obligado a comparecer en el Congreso por su actuación con la vicepresidenta venezolana en Barajas. Dijo una cosa y la contraria, y la oposición cumplió al obligarle a sincerarse en el Congreso. Tampoco lo hizo, aunque pasó un mal rato. Pero el PP, obcecado con Ábalos, dejó pasar la mayor, y es ese cambio de consideración de Sánchez hacia Guaidó, de presidente a líder de la oposición. Se ofusca la derecha, empeñada en el espectáculo y no apretó donde debía.

Le van a permitir al Ojo que recuerde al PP un mandamiento que un importante director de este grupo imponía en los editoriales: jamás pedirás la dimisión de alguien si no estás absolutamente seguro de que ya le han echado.