Así es el pueblo español en el que se venden pisos por 3.500 euros
El Ayuntamiento de Igüeña ha puesto a la venta una serie de viviendas que tienen en la localidad de Tremor de Arriba por un precio de entre 3.500 y 3.800 euros
El precio es el del coste que ha supuesto para el consistorio la legalización de una serie de edificios que construyeron las empresas mineras en el pueblo pero que -según explica el ayuntamiento- nunca terminaron de pagar
Así son los pisos a 3.800 euros de la España vaciada
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Igüeña
La localidad berciana de Tremor de Arriba, en León, tiene a la venta pisos de 60 metros cuadrados por 3.500 (lo bajos) y 3.800 euros. Este fin de semana han organizado visitas guiadas a las viviendas para que se acerquen los compradores interesados y conozcan el estado de estos pisos tan asequibles.
- Ya está todo vendido
Al llegar a la localidad lo primero que se nota es el frío; el propio alcalde nos dice que "mejor ponerse al sol"; un frío que -eso sí- en verano los vecinos agradecen. A la llegada al pueblo se encuentra el bar y un pequeño riachuelo que cruza la localidad. Un riachuelo que se encuentra a los pies de los edificios con las viviendas mineras en venta. Solo con abrir una de las ventanas se puede escuchar claramente el sonido del agua al correr.
Un sonido relajante que se contrapone con el del bar; el centro de la vida de Tremor que este fin de semana ha tenido algo más de afluencia de lo habitual con la llegada de periodista y de interesado en estas viviendas de menos de 4.000 euros. Los bares son un buen termómetro del estado de salud de una zona. Ahora hay uno abierto, el bar Eliseo; pero esta localidad minera llegó a tener funcionando al mismo tiempo 28.
El cierre de las minas: despoblación exponencial
Y es que el cierre de las minas supone una despoblación mucho más acelerada que en otros casos; no es una sangría, es una bomba que se lo lleva a todo a todos: "No hay trabajo ninguno. Al cerrar minas no hay nada, la juventud tiene que marchar. Nosotros ya estamos prejubilados o jubilados", nos contaba Fernando, un portugués, que llegó al Bierzo en los años 80 para trabajar en las minas y que es de los pocos que se han quedado. Su hijo, en cambio, ha tenido que irse a trabajar a Francia.
Otra señal evidente de lo que ocurre es la respuesta del alcalde, Alider Presa, cuando se le pregunta cuál es -tras el cierre de las mina- el principal sector en la zona: "Ninguno, no hay nada", esa es la tajante respuesta de Presa, convencido de que es momento de reinventarse -y lo hacen con iniciativas como la del campeonato del mundo de Trial que se celebrará este año en la localidad vecina de Pobladura de las Regueras- y que defiende que se puede vivir en los pueblos sin ningún tipo de problema: "Si se quiere vivir en un pueblo -es cierto que hay que mejorar los servicios y sobre todo no perder ninguno más- se puede vivir en un pueblo. Afortunadamente las comunicaciones, Tremor de Arriba está a 15 minutos de la autovía del noroeste. Está a 40 o 35 minutos de Ponferrada, a 15 de Bembibre... Se puede vivir aquí perfectamente".
A Fernando el portugués sumamos a otro Fernando, también vecino, y de los pocos que puede vivir y trabajar en El Bierzo alto; concretamente en un hotel de Pobladura de las Regueras. Este vecino avisa a quienes adquieran las viviendas de 3.800€ de que está ahí para echarle una mano a quien llegue, a quien lo necesite: "Aquí nos conocemos todos. Y si a ti te duele algo o te hace falta algo ahí estamos los vecinos. Lo que haga falta. Si yo siembro el huerto toma una lechuga para ti, otra para mí... lo que haya. Si mato un pollo, uno para ti otro para mí. Aquí somos así. En la ciudad, pues eso no lo tienes. Yo viví en un piso en Astorga y en tres años no conocí al vecino de al lado. Y viví un año en Madrid y no vuelvo", explica Fernando.
¿Cómo lo ven los vecinos?
Los vecinos están este fin de semana en la puerta del bar; una cafetería que este sábado ha tenido más movimiento de lo normal... La localidad se llenó de periodistas y de posibles nuevos vecinos. Leandro, que va todos los fines de semana al pueblo y que le encantaría poder vivir en él ve con buenos ojos la llegada de los forasteros, aunque lo primero es conocerlos: "Hasta que no lleven una temporada por aquí pues no sabes. De momento no les vas a juzgar sin saber. Yo creo que bien, cualquier persona que venga al pueblo pues bienvenida sea".
Y en el ‘Bar Eliseo’ están también los posibles compradores. Gente como Belén (enfermera), y Juan Luis (guardia civil); los dos son de Madrid. Ella se enteró de la existencia de estos pisos por la televisión y él escuchando la SER: "Lo que venimos buscando es un poco oxigenarnos de tanto trabajo, de tanto estrés... Tener una segunda casa de descanso". La provincia de León no la conocen mucho, tan solo la capital; de hecho "Tremor es la primera vez, no sabíamos dónde estaba".
En el bar también está Eloy, para él hacerse con una de las viviendas supone "cumplir un pequeño sueño que es una vivienda rural". Antes de irse del pueblo, después de ver el estado de las viviendas se fue dejando reservada la suya; aunque lo cierto es que cuando se enteró de la noticia tenía alguna reticencia. No se terminaba de creer eso de los pisos a poco más de 3.000 euros: "Yo lo primero que hice cuando llamé al teléfono del Ayuntamiento fue peguntar: «¿Esto es un gazapo o no?»".
"Nos llenamos la boca con la España vaciada"
Eloy tiene amigos en la provincia de León, gente como Celia, que tras 30 años viviendo en Madrid ha decidido volverse a su pueblo. Cree que, si de verdad se quiere evitar la despoblación, hay que tomar partido: "Nos llenamos la boca con la España vaciada (...) y es lamentable que en las primeras sesiones del parlamento se pase casi toda la sesión hablando de un tema y solo dejamos este otro tipo de temas, España vaciada, agricultura, ecología... O sea, todo eso está metido en el saco de campaña electoral pero luego a la hora de la verdad, no...".
El titular, pisos por 3.800 euros, puede sonar extraño. Evidentemente las viviendas no están recién amuebladas ni para entrar a vivir. Son pisos que llevan décadas vacíos, con el cableado y algunas tuberías por fuera y que necesitan una reforma, pero se pueden convertir en una segunda residencia o incluso un lugar en el que vivir.
Luis Ángel trabaja en Zaragoza, es de Palencia, y tampoco se ha podido resistir a la idea de ser propietario por menos de 4.000 euros. En este caso ha pedido a sus padres que se acerquen el fin de semana a Tremor para que vean el piso y decidirse. Les parece perfecto que su hijo se plantee tener una segunda vivienda en un pequeño pueblo de León, aunque ellos tienen claro que no lo harían. Lo contaba Antonio, su padre: "Viniendo para acá le he dicho a mi mujer que me gustaría porque a mí me gusta la tranquilidad del monte, pero ella me ha dicho que, ¡ni muerta!".
Ya hay más visitas que pisos diponibles
Aunque la mayoría de los compradores tienen claro que la vivienda la utilizarían como residencia para fines de semana o periodos vacacionales, Ana y Fabién -que son primos- se desplazaron desde Zamora hasta este pueblo de León con la intención de ver los pisos, en este caso, como un lugar en el que vivir. Ella está estudiando para convertirse en auxiliar de enfermería y él trabaja en un matadero de la zona, pero no descartan mudarse a Tremor.
El único inconveniente fue que no pidieron cita para ver los inmuebles y no pudieron ver los pisos: "Es una pena dejar a los pueblos vacíos, porque yo creo que es donde hay vida. En una ciudad puedes tener muchas oportunidades y tal, pero... El pueblo es el pueblo, es lo más tranquilo, lo mejor...", explicaban.
Lo cierto es que el consistorio no está teniendo ningún problema para vender los pisos. El jueves quedaban 26 pisos, pero hoy ya son solo ocho. Desde el ayuntamiento nos explican que hasta el jueves no van a programar más visitas porque ya tienen más que pisos disponibles.
Julio Guerra
Redactor del informativo 'Hora 14' de la SER. Colaborador de la 'Unidad de Vigilancia' de Isaías Lafuente,...