La razón filosófica por la que nos cuesta aprender idiomas
"Saber muchos idiomas no nos hace personas de mente abierta. Solo aprendemos a cuestionar nuestros propios modos de pensar, las lógicas normalizadas a las que estamos habituados", explica Ana Carrasco Conde
Las razones filosóficas por las que nos cuesta aprender idiomas
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Madrid
Aprender idiomas se ha convertido en los últimos tiempos un hecho indispensable en la educación de los ciudadanos. El auge de cursos de inglés, alemán, italiano, francés, chino o árabe es latente, a pesar de la dificultad que siempre causa eso, sobre todo a partir de cierta edad.
Para la filósofa Ana Carrasco Conde, aprender un idioma es “salirte de tu propia cosmovisión de las cosas”, es decir, un reflejo de un modo diferente de estar en el mundo. La lengua es un reflejo de un diferente modo de estar en el mundo.
“Aprender un idioma nos cuesta porque tenemos que romper nuestra propia lógica”, señala Carrasco Conde en este orden de cosas, quien asegura que nuestro modo de pensar está vinculado directamente a la lengua materna.
Por su parte, esas personas que son bilingües, tienen la capacidad de tener una perspectiva híbrida, que es la que rompen los traductores (tecnológicos) cada vez más frecuentes en la sociedad.
Por último, Ana Carrasco Conde recordaba a George Steiner y hacía una defensa de la variedad de idiomas. “Si eliminas un idioma, eliminas una riqueza irreparable, un punto de vista único y singular”, añadía la filósofa. .
“Saber muchos idiomas, no nos hace personas de mente abierta. Solo aprendemos a cuestionar nuestros propios modos de pensar, las lógicas normalizadas a las que estamos habituados”, zanjaba.