Bronca entre ministros
Las broncas entre ministros no son nada infrecuentes pero es inédito que trasciendan no por filtración periodística sino porque lo haga público alguno de los protagonistas
La opinión de Iñaki Gabilondo. / VÍDEO: ROBERTO CUADRADO
Madrid
Así como Emmanuel Macron es presidente con algunas maneras de emperador, Sánchez es jefe de gobierno con algunas maneras de jefe de Estado b. Es una coquetería inofensiva mientras no quiere arrinconar al jefe de Estado a que no es el caso. El riesgo de adoptar una posición así olímpica es terminar creyendo que estamos en un régimen presidencialista y qué cuánto hay bajo el presidente es una tropa de colaboradores anónimos para hacer los coros como pasa con los ministros de Macron que son como secretarios ilustrados o el equipo de gobierno de Donald Trump que parece estar para pasar a limpio las decisiones del patrón.
Pero aquí no solo no tenemos un régimen presidencialista sino que además nuestro gobierno es coalición de forma que lo que sucede entre ministros es muy relevante en especial como cuando ahora lo que sucede es una bronca pública y descarnada con palabras siguientes en la que están implicados pesos pesados del gabinete.
Las broncas entre ministros no son nada infrecuentes pero es inédito que trasciendan no por filtración periodística sino porque lo haga público alguno de los protagonistas. No tenemos que relativizar el problema tampoco exagerado, pero tenerlo en su sitio. Ya se han mostrado tres desencuentros conocidos en inmigración este de la libertad sexual y el caso Couso.
Tengamos en cuenta una importantísima particularidad. Como estamos en un gobierno de coalición, Sánchez no puede imponer orden con simples golpes de autoridad o ceses a su gusto pero menos aún puede inhibirse tiene que construir unidad. Esa unidad que tienen que elaborarla los partidos que componen el gobierno a base de convicción en el proyecto y toneladas de lealtad, lo que incluye naturalmente la discreción. La bronca actual por pública es de una inmadurez sonrojante y da muy mala espina.