Una pandemia y un ojalá
Mirémonos en el espejo de esa ciudadanía italiana que reaccionó en pánico y que ahora empieza a entender que el pánico no sirve para nada

Madrid
El coronavirus ya es pandemia. La Organización Mundial de la Salud ha tomado la decisión porque el virus está presente ya en 114 países, con más de 118.000 y 4.300 muertes. Se expande alarmantemente, ha dicho la OMS, y esto es exactamente lo que significa pandemia, no le añade más gravedad a la enfermedad, pero es muy contagiosa, afecta a muchas personas y pone en riesgo los sistemas sanitarios. Así que sin ponerle ni una gota de dramatismo pero sin quitarle ni una décima de preocupación, la pandemia ya está aquí. Hoy los datos han sido muy malos en Italia, 200 muertos en un día y 2.000 infectados en 24 horas y su brote fuerte empezó hace solo dos semanas y medias. Tan grave es la situación que el primer ministro Giussepe Conte acaba de anunciar el bloqueo de todo el país.
Los europeos no dábamos crédito a que nos pasara algo así, de ahí la transformación que ha vivido la sociedad italiana, del pánico irresponsable del comienzo al cumplimiento ahora de todas lo que piden las autoridades. Ojalá no lleguemos en España a la situación de Italia, ojalá podamos contenerlo. Pero mirémonos en el espejo de esa ciudadanía que reaccionó en pánico como aquí ha ocurrido en las últimas horas y que ahora empieza a entender que el pánico no sirve para nada, que lo único que sirve es hacer exactamente lo que los científicos a través de las autoridades sanitarias nos dicen.




