No queremos más desastres

Madrid

Mucho están tardando las autoridades patrias en comunicar a la ciudadanía las medidas económicas para aplacar los gigantescos destrozos que está causando el coronavirus.

Ha caído hasta el abismo la actividad industrial de las grandes empresas, tanto automovilísticas, como aeronáuticas o de cualquier otro tipo, pero los ciudadanos de a pie ven, aterrorizados, como ha desaparecido también su modo de vida más primigenio: el trabajo.

No es fácil saber qué guerras internas se estarán librando en el Gobierno, pero convendría que ahora no nos falle, después de aquel robo a mano armada de 2008, que se llevó por delante el bienestar de miles y miles de familias, sacrificadas en el austericidio europeo, porque entonces la derecha de este país, con los grandes prohombres de la banca mundial al mando de las naves, decidieron que los sacrificios recayeran en los más humildes, que lo importante, dijeron, era salvar el sistema financiero en detrimento de las familias.

Ahora, por favor, no vuelvan a hacer lo mismo. Los ciudadanos no aguantarían un segundo expolio. Tenemos, dicen, un gobierno de izquierdas.