Una comparecencia acertada
Pablo Iglesias demostró que es muy posible que mantuviera discusiones con otros ministros, pero la sangre no llegó al río

Madrid
Está bien que apareciera ayer Pablo Iglesias en conferencia de prensa semipública, poco más se puede hacer, junto con el ministro de Sanidad. Aunque tan solo sea para recordarnos al respetable, tan raro, tan accidentado ha sido el inicio del Gobierno de Pedro Sánchez, que Unidas Podemos tiene un vicepresidente y varios ministros.
Y es buena esa aparición pública por más de un motivo: viste de normalidad lo que es obvio, que un vicepresidente manda la tira, por ejemplo, pero también porque con su presencia refuerza a la del presidente, a cuyas órdenes y a sus políticas se remite.
Pero además es una demostración para los suyos, los votantes de Unidas Podemos, de que están ahí para algo, y que seguramente pueden presumir de que se han tenido en cuenta más medidas sociales en los últimos zafarranchos que si no hubieran estado ellos en el Gobierno.
Por último, Pablo Iglesias demostró ayer que es muy posible que mantuviera discusiones con otros ministros, faltaría más, pero la sangre, se ve, no llegó al río. Normalidad institucional. Paz necesaria.




