Aplaudir la primavera
No nos dejemos llevar por reproches que ya no conducen a nada

Madrid
No es fácil escribir este breve apunte diario, convencido, como está el Ojo, de que sus posibles oyentes llevan el dolor de sus familiares, de sus amigos, de sus conocidos, metidos por los adentros. Por eso cuesta hacer otra cosa distinta que llamamientos buenistas a la calma y al vamos a querernos todos, que no son momentos de enfrentamientos.
Pero pasa lo que pasa, y hay que escuchar, impávido y con cara de bueno, que algunas comunidades autónomas que han desarrollado políticas ultraliberales en los últimos años, destrozado la sanidad pública, liberar del pago de impuestos a los más ricos, mostrarse absolutamente insolidarias con el resto de comunidades, exigen ahora más atenciones que nadie.
Tranquilos, pues, no nos dejemos llevar por reproches que ya no conducen a nada, pero permitan eso sí, que si los de siempre vamos a poner la otra mejilla, y los medios materiales, ellos pongan ambas mejillas y devuelvan algunos de los millones que se llevaron. Escribe Manuel Vicent: si el optimismo es un arma de combate, también merece un aplauso la primavera.




