La fascinante historia del estudio Ghibli: las películas de Miyazaki que tienes que ver
La plataforma Netflix ofrece una completa colección de las películas del estudio creado por Hayao Miyazaki
Madrid
Hayao Miyazaki es uno de los grandes directores que ha dado al mundo el cine japonés, un creador a la altura de otros ilustres realizadores de aquel país como Akira Kurosawa, Yasujiro Ozu o Hirokazu Kore-eda. La diferencia es que mientras estos últimos utilizan en sus historias personajes de carne y hueso, Miyazaki los dibuja y los anima; les da color y los envuelve en un mundo lleno de alegorías y de fantasía, como si fueran sueños.
Hayao Miyazaki nació en Tokio en 1941. Su infancia y juventud estuvieron marcadas por las secuelas de la guerra. Su madre permaneció en cama enferma durante nueve años. Su padre y su tío dirigían una empresa que fabricaba timones para aviones. Desde muy pronto Miyazaki sintió una especial fascinación por el mundo de la aviación. Su otra gran pasión era el dibujo y en 1963, con veintidós años, entró a trabajar en la Toei Animation, el estudio más importante del cine de animación en el Japón. Allí colaboró en series que se hicieron famosas en todo el mundo como Heidi, Marco y otras muchas otras.
Miyazaki soñaba con hacer otro tipo de cine, unas historias que fueran capaces de divertir tanto a padres como a niños. En 1985, junto con su amigo Isao Takahata, fundó los estudios Ghibli, bautizados así en honor a unos aviones italianos de ese nombre que se usaron en el desierto del Sahara durante la Segunda Guerra Mundial.
Miyazaki mantuvo en sus largometrajes de animación el estilo visual que asimiló en la factoría Toei, pero fue innovando en lo narrativo. Sus películas hablan de pacifismo y de ecología y combinan personajes reales con seres fantásticos, animales que hablan y otros seres de la mitología o de leyendas japonesas. Casi siempre están protagonizadas por niños y niñas. En ellas hay lirismo y encanto, y están inundadas permanentemente de un intenso color. Mientras que en los estudios de animación del mundo trabajaban con técnicas digitales, Ghibli siguió haciéndolo de la manera tradicional, dibujando sobre el papel la mayor parte de la película. Un sistema laborioso y muy caro, pero gracias al cual se crearon verdaderas obras del arte cinematográfico.
Así fueron naciendo títulos como El viaje de Chihiro, que ganó el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín en 2002 y un año después el Oscar a la mejor película de animación, La Princesa Mononoke, Mi vecino Totoro, Ponyo en el acantilado o Porco Rosso. Todas ellas acompañadas por la música del compositor Joe Hisaishi.
El viento se levanta fue, en 2013, la última película dirigida por Miyazaki antes de su jubilación. Los altos costes de producción, el fracaso comercial de El cuento de la princesa Kaguya de Isao Takahata y la jubilación de Miyazaki provocaron en el verano de 2014 el cierre temporal de la producción de largometrajes en los estudios Ghibli. Pero afortunadamente en 2017 el estudio volvió a abrir sus puertas. Se estrenó El recuerdo de Marnie de Hiromasa Yonebayasi, film que fue candidato al Oscar. Es más Miyazaki salió de su retiro y estrenará este 2020 o a principios del que viene una nueva película titulada ¿Cómo vives? Hasta que llegue ese esperado momento podemos disfrutar de sus maravillosas películas y de muchas otras creadas por el estudio Ghibli en Netflix.
Elio Castro
Licenciado en Historia del Arte y Máster en periodismo por la Universidad Autónoma/El País. Periodista...