¿Quién nos devolverá el mes de abril?

Madrid

Está claro quién nos puede robar el mes de abril, que es el virus, así que la pregunta es cuándo nos lo van a devolver. Nunca vino así la primavera, que nos ha obligado a improvisar una vida en casa, con el colegio en el salón y los abuelos hechos unos expertos en videollamadas. Tanto, tan expertos, que el abuelo es capaz de decirle a la nieta, aunque esté sentada y la vea por teléfono, aquello de cuánto has crecido. La vida confinados, tan lejos unos de otros, nos ha traído nuevas formas de acercarnos.

Aplauden en los hospitales, con cada salida de la UCI. Y no hemos dejado de aplaudir en los balcones. Incluso se ha comprobado lo que cae el consumo de teléfono o de internet a las ocho en punto. Los colegios de psicólogos han abierto números para atender a los médicos, y en los funerales ya no se vela a los muertos. Los liberales se han vuelto keynesianos y se han ablandado los halcones. Ha admitido el ministro holandés que reprochó el déficit de Italia y de España que le faltó empatía.

Una nueva vida en casa. De los armarios han empezado a salir sudaderas y viejos suéters que ahora se entiende por qué no tiramos en su momento, se ven runners en las terrazas y entre el salón o la habitación suena la radio que antes nos acompañaba en el coche. Para sentirnos más cerca y para oír las noticias poco a poco. Que hay mucho dato y nos dijo sabiamente Mari Cruz, una oyente que nos llamó en el balcón del programa, que es mejor no amontonarse. Poco a poco, entonces, hasta que nos devuelvan el mes de abril.