La cena de los idiotas
La última innovación es buscar al exfutbolista más lerdo que haya pisado un estadio, al chistoso, que no humorista, que ahora vota a Vox, o al torero más ramplón que se haya puesto traje de luces. Requisito: que pongan a parir a Sánchez

Madrid
El que se queja es porque quiere. Ejemplo: la información que le llega al ciudadano. Nunca, jamás, desde que el mundo es mundo y aún antes, hemos gozado de tantas fuentes de conocimiento. Sólo basta echar un rápido vistazo a todas nuestras posibilidades.
Lo primero, la prensa -y las emisoras episcopales y ultracatólicas, el señor sea con ellos- de la más rancia caverna. ¿Quizá no acostumbran a leer o escuchar a sus insignes columnistas y sus sabios tertulianos? Pues no saben lo que se pierden.
Luego tenemos a las redes sociales y los miles de cuentas fantasmas creadas especialmente para mentir y adulterar la realidad con el único fin de llamar canallas al presidente del Gobierno y sus ministros.
¿Falta alguien? Pues sí, la última innovación es buscar al exfutbolista más lerdo que haya pisado un estadio, al chistoso, que no humorista, que ahora vota a Vox, o al torero más ramplón que se haya puesto traje de luces. Requisito: que pongan a parir a Sánchez. También vale Iglesias. No mencionaremos a Álvarez de Toledo. Pero también.




