El dinero rápido suele ser mala idea
Hay veces que solo te das cuenta de lo malo que es un día cuando ha pasado mucho tiempo. En algunos casos, es incluso posible que ese día vaya volviéndose peor a medida que pasan los años. Como en el caso de Ronald Wayne
El problema del dinero rápido
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El 13 de abril de 1976, Wayne se levantó contento. Ronald había empezado el mes de abril tomando una decisión arriesgada: participar en la empresa que dos compañeros de su trabajo habían montado. Él sólo había aportado el 10% del capital, pero poco después de tomar esta decisión le empezó a entrar miedo. Los otros dos socios tenían 21 y 25 años, y no tenían más que deudas.
Él, en cambio, tenía 41 y sí tenía propiedades que podían ser embargadas en el caso de que la empresa se declarase en quiebra. Así que Ronald, que había diseñado el logo de la compañía, tardó sólo 12 días en echarse atrás y dejar la empresa. Sus dos socios le pagaron 800 dólares y su vínculo con la compañía quedó roto. El 13 de abril, seguro que Ronald respiraba aliviado.
Los socios de Wayne se llamaban Steve Wozniak y Steve Jobs, y la compañía se llamaba Apple. Si Wayne hubiera mantenido sus acciones, hubiese ingresado en su cuenta bancaria unos 7 u 8 mil millones de dólares. Ronald Wayne sigue diciendo que “tomó la mejor decisión que podía tomar en ese momento” y que “no se arrepiente”. A mí, personalmente, me resulta difícil de creer.