Brif , bruf , braf | Cuentos por teléfono, de Gianni Rodari
Érase una vez......una niña cuyo padre tenía que estar de viaje seis días a la semana. Esta niña no podía dormirse sin que le contaran un cuento. Y cada noche, su padre la llamaba por teléfono y le explicaba un cuento
La voz nos la presta Máximo Pradera y el diseño sonoro es de Teo Rodríguez
00:00
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1587202775_276761/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
Dos niños estaban jugando, en un tranquilo patio, a inventarse un idioma especial para poder hablar entre ellos sin que nadie más les entendiera.
- Brif, braf -dijo el primero.
- Braf, brof -respondió el segundo.
Y soltaron una carcajada.
En un balcón del primer piso había un buen viejecito leyendo el periódico, y asomada a la ventana de enfrente había una viejecita ni buena ni mala.
- ¡Qué tontos son esos niños! - dijo la señora.
Pero el buen hombre no estaba de acuerdo:
- A mí no me lo parecen.
- No va a decirme que ha entendido lo que han dicho…
- Pues sí, lo he entendido todo. El primero ha dicho: “Qué bonito día”. El segundo ha
contestado: “Mañana será más bonito todavía”.
La señora hizo una mueca, pero no dijo nada, porque los niños se habían puesto a hablar de nuevo en su idioma.
- Maraqui, barabasqui, pippirimosqui -dijo el primero.
- Bruf -respondió el segundo.
Y de nuevo los dos se pusieron a reír.
- ¡No irá a decirme que ahora los ha entendido…! -exclamó indignada la viejecita.
- Pues ahora también lo he entendido todo -respondió sonriendo el viejecito. El primero ha dicho: “Qué felices somos por estar en el mundo”. Y el segundo ha contestado: “El mundo es bellísimo”.
- Pero ¿acaso es bonito de verdad? -insistió la viejecita.
- Brif, bruf, braf -respondió el viejecito.