Los riesgos de la economía post COVID-19

Los economistas pensaron que si la crisis era intensa pero breve sería posible una rápida recuperación, pero no es así. Los epidemiólogos dan por hecho que el virus se quedará y eso pasará factura a la economía. «En un principio, se pensaba que la pandemia afectaría durante un cuatrimestre. Eso podría haber dado pie a una gran pérdida de la actividad económica, pero compensada con un efecto rebote en el siguiente cuatrimestre. Pero la realidad es que la pandemia será un factor endémico global en los próximos 8-12 meses», explica Toni Timoner-Salvá. Este economista, que trabaja en la City analizando los riesgos económicos y geopolíticos para una importante institución financiera, advierte de la complicada recuperación que nos espera. La explicación es sencilla: los países se recuperarán, pero a ritmos muy diferentes. Salir del confinamiento no garantiza una recuperación inmediata y el ejemplo más claro es China. «El país depende de la confianza del consumo interno y de las exportaciones.Depende de que Occidente, Europa y Estados Unidos se recuperen y no va a ser el caso. La aparente recuperación china del último mes es una victoria pírrica», explica Timoner-Salvá. Esta crisis ha despertado los temores de revivir una crisis de la Eurozona. Este economista sostiene que es pronto para calcular si la respuesta europea será suficiente, porque no sabemos cuál será la caída real de la actividad económica. «El día después del confinamiento será bastante largo. La factura fiscal de mantener la economía semi parada creará una fatiga fiscal y no sabemos hasta qué punto la respuesta europea tendrá suficiente pólvora para prevenir una reedición de la crisis de la periferia de 2011-2012». Timoner-Salvá es mallorquín y conoce la dependencia de Baleares o Canarias del turismo, un sector que ha tirado de la economía española. Después de que pinchara la construcción y de que esta crisis haya congelado el turismo, es inevitable preguntarse cuánto puede resistir nuestra economía con ese motor apagado. Las predicciones son benignas y diplomáticas dicen que es posible una salida en V, pero lo más realista será una salida con una cierta ralentización. «En el caso español, no sabemos cuál será el sector que tirará adelante. Ahora mismo en Alemania el consumidor piensa que puede volver a Mallorca, pero son los gobiernos balear y español los que dicen que por seguridad no pueden venir a Mallorca». Es un ejemplo de la dificultad de la recuperación, porque los países no están en la misma fase, ni moviéndose en el mismo escenario.

Marisol Rojas