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La cantera de guionistas del cine español que trabaja también durante la cuarentena

El proyecto 'Residencias Academias de Cine' ayuda a 15 creadores durante el desarrollo de sus proyectos y les tutoriza. Entre ellos Marta Nieto, que prepara una historia de identidad transgénero y Andrea Jaurrieta con un "wéstern feminista"

Imagen de los guionistas seleccionados para la primera edición del Programa Residencia Academia de Cine / CEDIDA POR LA ACADEMIA DE CINE

No hay rodajes, no hay cines, no hay estrenos; pero el audiovisual continúa trabajando para el futuro. Lo hacen los guionistas y creadores que tendrán sus películas listas en unos años. Son los primeros en haber accedido al proyecto 'Residencias Academias de Cine', que no ha parado pese a este confinamiento en que ya superamos los 40 días y que sufrimos a consecuencia del coronavirus. 

El proyecto junta a 15 creadores durante el desarrollo de sus guiones y les tutoriza y prepara. Es una idea de la Academia de Cine y del Ayuntamiento de Madrid, en tiempos de Manuela Carmena, pero que el gobierno de Almeida ha mantenido. De hecho, se ha renovado y el programa cuenta ya con una segunda edición. "Buscábamos un programa que cubriese las carencias en los desarrollos de las historias y los guiones en el audiovisual español", nos explica Inés Enciso, una de las coordinadoras de esta residencia, convertida ahora en convivencia virtual.

El proceso de creación de un guion es solitario. Imaginamos al escritor o la escritora en casa, en pijama, escribiendo, borrando, leyendo... Sin embargo, la originalidad del programa, aparte de dar una beca para que los alumnos pudiesen dedicarse por entero a la escritura, es la de trabajar en equipo. Cada uno de los quince alumnos tiene su proyecto individual, pero tienen que ir cada día a la sede de la Academia a trabajar juntos. "El confinamiento nos ha pillado como a todos sin tener muy claro cómo íbamos a cubrir las necesidades de los residentes, pero intentamos que no noten demasiados cambios".

La cuestión económica es fundamental. En España apenas existe. Nadie paga el trabajo de preparación de una película que no sale, pero son pocos los creadores que consiguen vender un proyecto sin un guion entero. Uno de los campos de batalla de la industria es precisamente recuperar las ayudas al desarrollo. Mientras llegan, proyectos como este ayudan a subsistir a sus alumnos.

"No solo es importante el apoyo económico, también las sinergias que se generan juntos", recalca Conciso.

"Vemos que se crea una comunidad muy necesaria en esas etapas previas en las que sueles estar muy solo. Gente que tienen las mismas incertidumbres y miedos y poder compartirlo es uno de los rasgos fuertes del programa", añade.

Más de 1000 solicitudes. Algunos guionistas emergentes, pero también veteranos a los que les cuesta acceder a su segunda o tercera película. Entre ellos, Andrea Jaurrieta, que presentó su opera prima en el Festival de Málaga y estuvo nominada al Goya a dirección novel con Ana de día. "Para mí es un apoyo al proyecto desde a base que es algo muy complicado de conseguir. Es muy difícil que te compren un proyecto sin haber escrito un guion, sea tu segunda película o tu cuarta. Eso ha sido muy importante, también que la Academia como institución esté ahí, porque eso es un distintivo para las productoras", dice Jaurrieta.

Ella prepara un wéstern feminista. Un proyecto protagonizado por una mujer de 45 años, protagonistas poco frecuentes en el cine español. De ahí la importancia de que estas historias lleguen.

"En realidad es la vuelta de una mujer a su pueblo para cometer una venganza y cómo el pueblo le hace replantearse si la venganza es la solución", nos explica.

Ha mantenido la estructura de wéstern, porque prevalecen los roles del género, pero está ambientado en nuestros días "y no hay caballos ni ranchos".

Junto a Jaurrieta, están Pau Teixidor, Mónica Demes, Guillermo García López, Amaya Villar Navascues, Pedro Aguilera, María Antón Cabot, Txema Torres, Ana Serret Ituarte, Pedro Collantes, Beatriz Herzog Ruiz de Alegría, Marta Nieto, Lorena Iglesias, Víctor Alonso-Berbel, Diego Pinillos y Óscar Vincentelli. Una selección que ha tratado de tener en cuenta la diversidad y que los proyectos tuvieran relación directa con la ciudad de Madrid, ya que el ayuntamiento de la capital es uno de los grandes apoyos de este sistema. "Eso era fundamental, y después, buscábamos que hubiera paridad y que fueran proyectos más diferentes que mostraran la heterogeneidad del audiovisual: documentales, ficción, géneros diferentes", explica Inés Enciso.

Profesores como Pablo Berger, Carla Simón, Fernando Colomo supervisan los proyectos. Ayudan a encauzarlos y aconsejan a los estudiantes. Pero no solo hay un trabajo de escritura en la residencia; también se completa la formación con otras cosas adyacentes al guion, como la venta del mismo. 

"Es lo menos creativo pero para mí ha sido lo más novedoso de este proceso", reconoce Andrea Jaurrieta. "Lo que nos dedicamos a escribir y dirigir pues hay gente que es muy buena vendiendo y a otros nos cuesta mucho. Que te den esas herramientas y que te hagan analizar tu propio speech, es positivo", añade.

"El punto fuerte es tener tiempo para desarrollar el guion, pero eso está completado con actividades necesarias para poder llevarlo a cabo. Lo de hacer un pitch para venderlo, pero también un taller de dirección de actores, talleres de producción, de propiedad intelectual. Va enriqueciendo todas estas nociones la propia creación del guion", dice Marta Nieto, la actriz nominada al Goya con Madre. Precisamente su proyecto habla de la maternidad, pero con una mirada bien distinta.

"Es una historia de una madre que tiene una niña que con seis años le dice que se siente un niño. Es todo el proceso de tránsito hasta que ese niño se siente representado. Es un acercamiento al desconocimiento de todo ese proceso. Hay un contexto artístico que a mí me interesa mucho, porque la protagonista trabaja en un museo. Es un tema apasionante el de la identidad, el binario de género, esta estructura social que todo lo estanca y lo compartimento y cómo uno cuando no está cómodo con esas normas sociales le cuesta que lo entiendan", nos explica.

El confinamiento ha hecho que cambien su rutina, como a todo el país. Trabajan desde casa escuchando las noticias, los aplausos y las novedades sobre la pandemia. Marta Nieto asegura que está centrada en la escritura, pero que lo que más echa de menos es el trabajo diario con los compañeros. Andrea Jaurrieta está de acuerdo: "A mí en cuanto a la trama no me afecta, pero me afecta mucho porque echo de menos a mis compañeros".

Desde la Academia reconocen que hay actividades que están a la espera de hacerse porque tienen que ser presenciales y, de momento, dada la situación de emergencia sanitaria, no es posible. El confinamiento está haciendo mella en ellos también, porque se ha generado mucha incertidumbre económica en todos los niveles del país, y también en la industria del cine. "Vamos a ver cómo podemos mover estos proyectos para que encuentren una vía de financiación no muy tarde", concluye la coordinadora. No lo van a tener fácil, pero Marta y Andrea, y sus otros 13 compañeros, están dando forma a lo que será el futuro del cine español, que va necesitar muchos proyectos e iniciativas para que el tejido industrial no se venga abajo.

 

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 
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