La vida que viene

Madrid

La división de España en provincias tiene casi dos siglos, es de 1833. Y miren por donde, es la unidad territorial elegida para el plan de desescalada que se ha presentado hoy. El Gobierno ha presentado un plan, un guión para una lenta vuelta a la vida, pero un guión muy abierto, como escarmentado de los sustos de esta pandemia. Por provincias y en función de criterios sanitarios, y que son los que, en definitiva, harán que las autoridades del gobierno central abran más o menos la mano en cada territorio.

Vamos a volver a contar de nuevo los detalles, los que conocemos, porque hay mucha confusión y hay muchos hogares españoles pendientes esta noche de cuando podrán volver a abrir su pequeño negocio y hay muchas familias partidas por el confinamiento, que eso sí, ya saben, que si viven en distintas provincias no podrán verse, en principio, antes de finales de junio. Y algo más que ya sabemos con certeza: el lunes abren las peluquerías, adiós a las greñas.

El plan supone abrir la mano, pero no se parece nada a nuestra vida anterior. Y sin embargo, aunque no se parezca a nuestra vida anterior, propiciará encuentros que aumentarán la posibilidad de contagios. Nos movemos en el difícil equilibrio entre el riesgo cero y la economía al cero.

Pero algo hemos aprendido en este tiempo, porque ya una vez nos sorprendió la pandemia mientras nos decían desde casi todos los altavoces, de España y del mundo, que esto era como una gripe. Todos hemos comprobando dramáticamente que no. No es como una gripe. De manera que esperamos que ahora las autoridades sí estén sabiendo manejar ese difícil equilibrio entre salud y economía y que den marcha atrás cuando sea necesario. No hay economía, ni sociedad, ni nada que mejore con gente muriendo y la sanidad colapsada. Eso lo hemos aprendido muy bien.