Hitchcock: director, estrella de cine y el hombre al que no pasa factura el spoiler
Se cumplen 40 años de la muerte de Alfred Hitchcock, uno de los diretores más importantes del cine y una de las figuras más conocidas por el gran público, debido a sus apariciones dentro y fuera de la gran pantalla
Los cameos de Hitchcock
05:27
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1587723307002/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Todo el mundo sabe cómo termina Psicosis, cuáles el giro final de Vértigo o qué descubre aquel fisgón de James Stewart a través de su teleobjetivo en La ventana indiscreta. Alfred Hitchcock es uno de los directores más revisitados y queridos de la historia del cine. Incluso, haciendo cine de misterio, ha superado ese trauma imperdonable en la era del spoiler: airear el final.
Su importancia en el séptimo arte y en el imaginario colectivo es tremenda 40 años despué de su muerte. Pero además, este confinamiento no deja de recordarnos muchas de sus historias, en especial la ya mencionada La ventana indiscreta. Todos nos hemos convertido en fisgones de los vecinos en esta cuarentena, no nos queda otra. Escayolado e inmovilizado en una silla de ruedas como consecuencia de un accidente laboral, la mirada de aquel curioso fotógrafo, que interpretaba James Stewart, adquiere hoy tintes de realidad ante la particular situación de cuarentena a la que en estos días hacemos frente. Somos una versión 2.0 y menos glamurosa de este clásico de Alfred Hitchcock al que, con esta particular coincidencia, se rinde homenaje hoy.
Alfred Hitchcock nació en Londres en 1899 y murió un 29 de abril en la ciudad de Los Ángeles en 1980. Murió con ese apelativo: el genio del suspense. Pero fue más cosas. Para empezar un visionario, si tenemos en cuenta esos ojos azules de Stewart observando desde su casa. La ventana indiscreta fue uno de los grandes títulos del cineasta, una de aquellas películas que reunía (y reúne) todos los ingredientes de su cine.
Elementos, presentes en otras películas, que han dado lugar a un adjetivo propio: 'Hitchcockiano'. Eso incluye el voyeurismo, el papel de la mujer, la particular relación hombre-mujer, los giros argumentales, el suspense y, cómo no, las pizcas de humor para cerrar una historia en la que el espectador, como Stewart, deseaba no parpadear para no perder detalle.
Detalle es, sin lugar a dudas, uno de los términos que define la pulcra y cuidada cinematografía del genio Hitchcock, quien se acercó al mundo del cine gracias a su temprana afición a la pintura, logrando su primer trabajo como rotulista de películas mudas dentro de la sucursal londinense de la compañía americana de producción y distribución Famous Players-Lasky.
Fue guionista, director artístico y ayudante de dirección antes de tomar las riendas de su primera película, que llegaría en 1925 con El jardín de la alegría. En cambio, el éxito comenzaría dos años después con El enemigo de las rubias, dos años después, que muestra otra de las cosas que acompañó la carrera del director: su obsesión por las mujeres de pelo claro. Fue muy selectivo a la hora de elegir el reparto de sus películas y vio en la belleza fría de las mujeres rubias su principal objeto de deseo. Grace Kelly, Tippi Hedren, Ingrid Bergman, Joane Fontaine, Doris Day, Vera Miles, Kim Novak o Janet Leigh fueron algunas de sus musas, aquellas que brillaron ante las cámaras, pero no tuvieron la mejor experiencia de rodaje detrás de ellas.
No obstante, sería El hombre que sabía demasiado, estrenada en el año 34, la película que llamó la atención de Hollywood quien, a través del productor David O. Selznick, vio en el londinense un diamante en bruto. Tanto éxito tuvo la versión original de este título que Hitchcock volvió a dirigirla, bajo el sello estadounidense, en 1956, contando además con dos estrellas del panorama hollywoodiense como James Stewart y Doris Day. Rebeca fue su primer filme americano, el que realmente abrió las puertas de Hollywood al cineasta londinense, con el que, tras lograr el Óscar a la mejor película, todos los actores deseaban trabajar.
Su mente retorcida, aquella que le permitía crear ese universo de suspense que comenzó a alzar el vuelo en los años 50 con Extraños en un tren, Crimen Perfecto, Vértigo o Con la muerte en los talones. Se consolidó en los 60 con Psicosis, Los pájaros o Marie la ladrona, era excelente para crear guiones únicos y originales, pero le jugaba malas pasadas en el trato con sus actrices.
Cierto es, por otro lado, que resulta imposible desvincular el término 'suspense' del cine de Hitchcock, sería absurdo intentar hacerlo. Sin embargo, es en torno a su figura donde se crea una seña de identidad única. Su magnífica técnica para crear suspense es parte del éxito, pero es su propia imagen, siempre presente en todas sus obras, la que convirtió al genio londinense en una estrella de cine.
De ahí que los homenajes, como ha ocurrido a lo largo de este mes en el canal TCM con el maravilloso maratón "Hitchcosis", tanto de los aniversarios de su nacimiento como de su muerte, no dejen de sucederse y convertirse en días de culto para fans en todo el mundo.
Pocos directores pueden, desgraciadamente, presumir de ser reconocidos físicamente por el público. Hitchcock, en gran medida gracias a su serie de televisión Alfred Hitchcock presenta, logró lo nunca antes visto: que el simple perfil o la sombra de un director fuera una seña de identidad.
Para los espectadores era como un juego intentar descubrirle en esas apariciones fugaces, pero muy bien penadas siempre, que el director hacía buscando la sonrisa o la sorpresa. Era como su firma, su manera de inmortalizarse a sí mismo dentro de su obra, como hacían los grandes artistas de la pintura como Velázquez o Goya. ¿Afán de popularidad? ¿Márquetin? ¿Vender su imagen? "La primera vez que aparecí en pantalla fue por una cuestión utilitaria, había que amueblar la gran pantalla", dijo en una ocasión.
En el año 26, durante el rodaje de su tercera película, El enemigo de las rubias, Hitchcock no tenía suficientes extras para una escena; así que utilizó a varios miembros del equipo y a sí mismo para hacer bulto. Después empezó a cuidarlas más. En 1929, en su primera película sonora, Chantaje, ya representaba hasta un gag. Interpreta a un pasajero en el metro leyendo tranquilamente, hasta que un niño se le cae encima. Hay más cameos con historia. La actriz Carol Lombard, pudo desquitarse a su gusto cuando le permitió dirigir la escena en la que él hacía el cameo. La actriz hizo repetir la toma más de 15 veces.
Otro de los cameos más ingeniosos fue el de la película Náufragos. Toda transcurría en un bote en medio del océano. Su primera idea era aparecer como un cadáver flotando en el agua, pero justo había terminado una de sus dietas de adelgazamiento quiso inmortalizar el momento con una foto que aparece en un viejo periódico que encuentran en el suelo de la barca. "Habitualmente hago de transeúnte, pero cómo inventar transeúntes en el océano. En aquel momento hacía un régimen muy severo, perder 50 kilos para bajar de 150 a 100. Así cambié de idea posando para los fotógrafos", decía.
Aparece en 34 de sus 53 películas, podemos citar algunas más. En La sombra de una duda juega a las cartas en un tren. En Encandenados bebe champán en una fiesta en Cortina rasgada sujeta a un bebé que se hace pis sobre él. En Los Pájaros aparece paseando a sus dos perros. En Topaz aparece sentado en una silla de ruedas, en La Soga se le ve cruzando la calle en el único plano de exteriores que hay en la película. En Extraños en un tren intenta subir al vagón con un violonchelo enorme. En La ventana indiscreta aparece en una de las viviendas que Grace Kelly y James Stewart observan desde la ventana. Hitchcock "se convirtió en algo embarazoso y trataba de mostrarme solo en los primeros minutos del filme"
Con ello, Hitchcock consiguió lo que otros cineastas nunca pudieron imaginar, que tanto los cinéfilos más puristas como aquel espectador medio que busca entretenerse acudan a sus películas para disfrutar del séptimo arte. Ese era, es y será Alfred Hitchcock, una estrella de cine atemporal.