"Hay que ser cautos. Una vacuna puede tardar 10 años y ahora la queremos en meses"

Madrid

Juan García Arriaza es investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC y lidera junto a Mariano Esteban el equipo que iniciará la semana que viene los ensayos preclínicos con animales de un candidato a vacuna contra el COVID-19.

La vacuna se basa en una modificación de la que se usó contra la viruela y, según García Arriaza, "es un vector vacunal muy seguro e inmunogénico". La semana pasada empezarán a probar este prototipo de vacuna en ratones para ver "si producen anticuerpos y si activa el sistema inmune".  Después, se probará en los llamados 'ratones humanizados', a los que se inyectan genes humanos y donde se podrá ver si este prototipo es eficaz contra el covid-19. Eso sí, García Arriaza asegura que no puede decir "una fecha exacta" para el inicio de los ensayos clínicos con humanos. "Iremos viendo si durante este año podemos empezar", asegura.

Sobre la disyuntiva entre la rapidez para conseguir la vacuna y la seguridad del proceso, el investigador del CSIC insiste en que "hay que ser muy cautos e ir sobre seguro". "La generación de vacunas suele tardar entre cinco y diez años y ahora queremos tenerla en cuestión de meses", resume.

Según García Arriaza, "no va a haber una sola vacuna para los 7.000 millones de personas del planeta". Por eso vaticina que distintos laboratorios por todo el mundo seguirán desarrollando sus prototipos de vacuna. "Nosotros tenemos que apostar por el nuestro" dice sobre el modelo español, "y si tenemos una vacuna en el futuro, pues mejor, para adminsitrarla a nuestros conciudadanos". Eso sí, insiste, "siempre partiendo de la premisa de que las vacunas sean seguras".