Historias no ejemplares
"Qué carajo tendrían en la cabeza algunos de los que deberían ser referentes en esta pandemia", la opinión de Carles Francino
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Madrid
Javier Gomá es un filósofo -actualmente director de la Fundación Juan March- con el que hemos hablado varias veces aquí en ‘La Ventana’, que defiende la ejemplaridad como un ideal de dignidad. Él es un gran estudioso de tema, le ha dedicado buena parte de su vida y ha triunfado. De hecho, hace unos meses se reeditó su ‘Tetralogía de la ejemplaridad’. Y ha triunfado porque ese concepto explotó como fenómeno -aquí en España- hace una década, en mitad de la otra gran crisis, cuando andábamos bastante escasos de referentes en la vida pública.
Hoy me he acordado mucho de la filosofía de Javier Gomá pensado qué carajo tendrían en la cabeza algunos de los que deberían ser referentes en esta pandemia, en este momento tan difícil, pero que han hecho justo lo contrario. Los últimos casos son: el responsable de sanidad del gobierno vasco, multado por desplazarse a su segunda residencia; y el científico británico que convenció a Boris Johnson de decretar el confinamiento, pero que ahora se lo ha saltado para reunirse con su amante. Pero es que antes hubo un ministro de sanidad, el de Nueva Zelanda, que se fue a la playa con su familia saltándose también todas las normas, la responsable de la Agencia Española del Medicamento, multada cuando intentaba viajar a Galicia; Rajoy haciendo deporte en la calle cuando no se podía, Pablo Iglesias acudiendo al consejo de ministros cuando estaba en cuarentena por el contagio de su mujer, Díaz Ayuso sirviendo bocatas de calamares en Ifema… Y no sigo, porque luego estaría también el alcalde de Badalona que tuvo que dimitir por salir con el coche cuando no se podía, y conducir borracho -o como fuera-. Ese juega en otra división. Y por no mencionar tampoco a Trump o a Bolsonaro, que ya son directamente de otra galaxia, directamente.
Pero la conclusión de todo esto -al menos para mí- ya no es filosófica. Es simplemente peguntarse: ¿qué carajo les puede rondar por la cabeza? Yo no lo sé, pero intuyo que no han leído a Javier Gomá cuando propone como definición entre el cumplimiento de la ley y la ética privada: “que tu ejemplo produzca en los demás una influencia civilizadora”. Pues no, no es el caso. No ha habido suerte.