Un encargo de dimensión nacional
Confiemos que después de su patinazo estratégico en la prórroga del estado de alarma, el líder popular haya decidido aparcar su feroz crítica hasta mejor ocasión para no ser visto definitivamente como filibustero de guardia y obstruccionista de todo sin aportar nada.
Un encargo de dimensión nacional
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Madrid
Patxi López presidirá la comisión parlamentaria para la reconstrucción. El PP propuso a Ana Pastor. Cualquiera de los hubiera sido una elección acertada. Ambos tienen experiencia política y de liderazgo, capacidad de diálogo y un talante personal que genera más afinidades que rechazos. De hecho, todos los partidos tienen mujeres y hombres bien capacitados para formar parte de esta comisión.
La clave es que lleguen para lo que se espera que llegan, para fijar las bases de la reconstrucción, para diseñar el proceso de la misma y no para reproducir las broncas de las sesiones plenarias.
Hay algunos motivos para temerla. Cuando Casado propuso que esta mesa de negociación tuviera por sede el Congreso, que estaba bien apuntado, pues es el escenario más adecuado, disimuló muy poco su ánimo de convertirla en algo parecido a una comisión de investigación desde la cual fustigar al Gobierno.
Confiemos que después de su patinazo estratégico en la prórroga del estado de alarma, el líder popular haya decidido aparcar su feroz crítica hasta mejor ocasión para no ser visto definitivamente como filibustero de guardia y obstruccionista de todo sin aportar nada. Nos esperanza la presencia de Ana Pastor y la importancia de la tarea que nadie en su sano juicio puede atreverse a reventar por roñosos objetivos de parte.
De esta comisión se espera la mayor concrección posible en plazos y objetivos, que sean pocos y sustanciales. Que afronte lo urgente en inversión pública, en infraestructuras, con mirada larga que pueda sentar futuro reindustrializador y sostenible sobre un suelo social sólido, sin el cuál ya hemos visto que la sociedad y el Estado se tambalean, y que equilibre los sacrificios con justicia.
Quisiera añadir que reciben un encargo de dimensión nacional que necesitaría por parte de todos los comisionados una actitud integradora. La misma con la que deberíamos seguir sus trabajos nosotros, los ciudadanos, aparcando nuestras parcialidades hasta donde sea posible, y haciendo recordar a los comisionados y recordando por nuestra parte, que se enfrentan a una obra coral y que la polifonía partidista es necesaria para que puedan ser defendidos todos los intereses.