Reconstrucción de un viernes

Madrid

Era un viernes aquel 13.  13-M como hoy, y se oía decir que igual declaraban el estado de alarma. Estábamos a punto de entrar en un fase distinta antes de que imagináramos que todo iría de eso, de fases y de picos.

Algún dirigente había planteado cerrar territorios y hablaban de Madrid. Hace dos meses y había entonces 84 muertos. Aquella tarde, Pedro Sánchez anunciaba que iba a empezar algo que no sabíamos exactamente, cómo nos iba a cambiar. Por la mañana, en la radio, empezábamos a pronunciar frases que luego serían oiríamos mucho.

El estado de alarma se aprobó el 14. El 13 -hoy- el confinamiento era algo que ocurría en Igualada, en Barcelona. El 13, en muchos trabajos se repartían equipos para poder teletrabar. En la radio hacíamos las primeras pruebas desde casa. El 13 por la tarde fue el gran día de darse cuenta, de las preguntas de unos a otros. Viernes raro en la estación de tren porque se iban muchos que no sabían cuándo volverían. En quince días, pensaban, quizá. El Gobierno quería mantener la vida política normal, el calendario legislativo. Pero fue hoy cuando escuchamos el anuncio.

De aquellos días es esa sensación de incertidumbre, de no saber. Había caído la bolsa como no lo había hecho desde su funfación. Wall Street, como no lo hacía desde 1987.

La noticia ese viernes, a esta hora, era que el lunes siguiente no abrirían los colegios. Y que cerraba el Museo del Prado por primera vez desde la guerra civil. Aunque las imágenes de ciudades desiertas y tiendas cerradas eran cosas extrañas aún, cosas de Wuhan, si acaso del norte de Italia. Dos meses hace. Y ahora se ve todo tan lejano y tan distinto.