Laura Baena: "No hay colegios, no hay abuelos, la conciliación ya no existía antes y ahora es mucho peor"
El Club de Malasmadres reclama medidas urgentes para que esta crisis no expulse definitivamente a las mujeres del mercado laboral y denuncia que muchos niños se están teniendo que quedar solos en casa

‘No hay colegios, no hay abuelos, la conciliación ya no existía antes y ahora es mucho peor’
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Madrid
‘Yo soy médico y llevo semanas aislada para no contagiar a mi familia, y a mi marido, después de un ERTE, su empresa le ha vuelto a llamar para que trabaje presencialmente. Así que no tengo otra solución que mis hijos de 9 y 11 años se queden solos en casa varias horas al día. Al menos mi hermana vive cerca e intenta pasarse a echarles un vistazo’.
Este caso que ha relatado una oyente de La Ventana resume la situación de millones de familias a las que esta crisis ha obligado a hacer auténticos malabares para poder cumplir con sus obligaciones profesionales y cuidar a sus hijos o mayores. Unas tareas que mayoritariamente recaen en las mujeres y que, según ha advertido Laura Baena, creadora del Club de las Malasmadres, en el contexto actual amenazan con provocar una nueva brecha, un paso atrás, en la carrera nunca conseguida por la conciliación real.
‘Esa conciliación ya no existía, recaía en los abuelos o en las escuelas cuando tampoco debería ser así. Y ahora, sin embargo, esos dos pilares de un sistema ya muy en precario han desaparecido de un plumazo. Como no se haga algo pronto, las mujeres vamos a desaparecer del mercado laboral. Antes de esta crisis había estudios que decían que 6 de cada 10 mujeres que son madres acaban renunciando o perdiendo oportunidades en sus carreras profesionales. Ahora van a ser muchas más’, ha alertado Baena.
‘Llevo dos meses esperando que la palabra conciliación aparezca en alguna rueda de prensa’
Baena denuncia que muchas empresas están reclamando a sus trabajadores que vuelvan a trabajar de manera presencial, descartando la opción del teletrabajo que sí ha sido válida durante estas semanas. ‘Si se ha podido hacer este tiempo, por qué ahora ya no vale? El teletrabajo debería establecerse por imperativo legal, no dejarlo al acuerdo entre empresas y trabajadores, porque entonces no hay nada que hacer’.
Pero no se trata sólo de poder trabajar en casa, si las funciones laborales lo permiten, sino poderlo hacerlo sin discriminación real. Para muchas mujeres están siendo jornadas agotadoras, con muchas interrupciones, incapaces de llegar a todo, con falta de medios que tienen que compartir para las tareas escolares de sus hijos y sus propias funciones laborales. Y muchas otras ni siquiera han tenido esta opción.
‘Se tiene que combinar con flexibilidad y adaptación real de la jornada también para aquellos casos en los que el teletrabajo no es posible. Y también pedimos que las familias que lo precisen puedan solicitar reducción de jornada sin que lleve aparejada la reducción de sueldo para poder cuidar a sus hijos, y en el caso de que nada de esto sea posible, que se cuente con ayuda retribuida para los cuidados familiares. Se me ponen los vellos de punta al pensar en la cantidad de casos que nos están llegando en los que los niños se tienen que quedar solos, hermanos de diez años cuidando a los pequeños de cuatro. Familias monoparentales en las que ni siquiera se cuenta con el respaldo de la pareja para repartirse’.
‘Es urgente poner esto en el debate público. Y necesitamos la implicación del Gobierno y de las empresas, no sólo de las familias’.




