A vivir que son dos díasPíldoras
Opinión
OPINIÓN

Escondrijos de la insuficiencia

"Si el adversario se enfada con una idea o un comentario, descabellado o no, debemos insistir en ese punto una y otra vez. Hemos Encontrado un punto flaco"

El guionista Jorge Guerricaechevarría / Cadena SER

Madrid

Si Schopenhauer levantara la cabeza seguramente se sorprendería al descubrir que, a día de hoy, la obra mas influyente de toda su producción es sin duda un pequeño opúsculo que ni siquiera quiso publicar.

Cansado de ver cómo en la vida pública los mejores argumentos se veían a menudo derrotados por todo tipo de argucias retóricas, decidió realizar un compendio de estas bajo el irónico título de “El arte de tener razón”. Expone allí 38 reglas para derrotar siempre a nuestros oponentes, se tengan o no argumentos para ello.

Por supuesto el comienzo consistirá en buscar las contradicciones de nuestro adversario, dar la vuelta a sus argumentos, refutarlos mostrando que son contrarios a la verdad objetiva, etc, pero si todo esto falla no hay por qué rendirse, sino pasar a la siguiente fase, que consiste, en primer lugar, en enfadar a nuestro contrario.

Si el adversario se enfada con una idea o un comentario, descabellado o no, debemos insistir en ese punto una y otra vez. Hemos Encontrado un punto flaco.

Resulta también muy útil en casi cualquier ocasión incluir las afirmaciones del adversario en una categoría que resulte de entrada aborrecible a la audiencia a la que quieres llegar. Por ejemplo, “su propuesta comunista”, o “eso es fascismo”.

Si las cosas se ponen feas y nuestro oponente, pese a todo, está desarrollando un argumento sólido, procederemos de inmediato a interrumpirle a fin de que no llegue a exponer su conclusión.

Y si todo esto falla pasaremos finalmente al insulto, a lo ofensivo o, en palabras del autor, a lo directamente grosero.

¿Les suena de algo?

Desconozco cuantos ejemplares de “El arte de tener razón” o alguno de sus sucedáneos han podido repartirse desde hace años entre tertulianos y políticos, pero quizás no estaría de mas que tan atentos lectores recordaran cómo definió el propio filósofo a estas técnicas en su obra:

Las llamó “Escondrijos de la insuficiencia”.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00