¿Dónde estábamos hace dos años?
Un bolso en un escaño, una cena y una moción de censura; dos años después se sigue hablano de Gobierno ilegítimo y la crispación no ha hecho más que aumentar a pesar, incluso, de una pandemia
La efeméride: "¿Dónde estábamos hace dos años?"
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Madrid
Àngels, tú estabas en el Congreso y a mí me mandaste a la puerta de un restaurante, al que acudí muy descreído. ¿Cómo iba a ser que el presidente del Gobierno se hubiera ido a confinar a un reservado mientras el Congreso debatía su censura? ¿Cómo iba a ser? Pero era.
Después de aquella noche, llegó la mañana del 1 de junio, hace hoy dos años. Una mañana en la que por primera vez prosperó en España una moción de censura. Y eso, que sería una efeméride, ahora se ve que es algo más.
Tampoco hace falta recurrir al psicoanálisis político para observar en aquel pasaje el origen, o parte del origen, de esta crispación de ahora. Hoy, en El Periódico, Francino escribe: "40 años de franquismo nos legaron una derecha que aún se cree la única con derecho a mandar". Y, por eso, cuando no manda se enrabieta y la lía".
Hoy se ve que aquel 1 de junio no es sólo una efeméride: es algo más. Hay quien sigue hablando de Gobierno ilegítimo, como si la moción de censura no fuera un mecanismo constitucional y se votase en el Congreso. Como si luego no se hubiesen producido elecciones.
"Una moción injusta", escribió Pablo Casado, que llevó a Pedro Sánchez "al poder con los comunistas, independentistas y batasunos". Dos años después, se produce una crispación que no se ha atenuado ni con una pandemia. Al revés. Han vuelto las banderas a los discursos y a las calles.
Provocación fue la palabra que usó también Sánchez cuando le preguntaron por los episodios que vimos la semana pasada, como el enfrentamiento en el Congreso entre Iglesias y Espinosa de los Monteros.
Dos años después de aquello, del reservado en el restaurante, del bolso en el escaño, de cómo, una vez prosperó la censura, los diputados de Podemos expresaban una euforia que contrastaba con la contención de los diputados socialistas, muchos de los cuales salían al patio aún con cara de incredulidad. De asombro. Dos años después; las banderas y el llamamiento a no caer en provocaciones.
Pues no, este 1 de junio no era sólo una efeméride.