Medir la verdad con un cronómetro

Madrid

Se hace corto el silencio de Trudeau cuando le preguntan por Trump, así que ha debido de ser una respuesta contundente. Los silencios siempre han sido las mejores respuestas porque uno no responde con palabras, sino con tiempo. Cuando un político se queda callado después de una pregunta, está respondiendo la verdad y hay que medirla con un cronómetro; en el momento en que se pone a hablar, está respondiendo la verdad que quiere el público y hay que medirla en intención de voto. De esta forma, un silencio de cinco segundos no es lo mismo que un silencio de veinte, o un silencio de cinco horas. A Trudeau le preguntaron por la decisión de Trump de amenazar con sacar al Ejército a la calle; en los 20 segundos que tardó en responder Trudeau, a Trump le hubiera dado tiempo a sacar su Ejército y el de Cánada, por eso supongo que Trudeau no calló mucho más. El problema de Trump es que su capacidad de ennmudecer a todo el mundo, por las más variopintas razones, le hace interpretar los silencios de sus adversarios no como respuestas sino como victorias. No es que no se entiendan, es que hablan otro idioma desde planetas distintos.