El día que una feminista fue atropellada en un hipódromo por el caballo del rey de Inglaterra
Emily Davison decidió que interrumpiría la carrera de caballos conocida como el Derby. Aquí no sólo asistía la flor y nata de la sociedad inglesa: el mismo rey Jorge V era propietario de uno de los caballos que participaba en la carrera
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Los que sufren una injusticia son muy conscientes de ella en todo momento. Los causantes de la situación que los lleva a sufrirla, pues o no lo son o no le dan tanta importancia. Por desgracia, a menudo hace falta un evento trágico para que todo el mundo ponga la mirada sobre esa realidad.
En el caso que nos ocupa hoy, en 1913 Emily Davison llevaba siete años militando en una de las organizaciones de las sufragistas británicas que buscaban que las mujeres obtuvieran el derecho a voto. Durante estos siete años, tanto ella como sus compañeras habían probado todo tipo de métodos para hacer visible su causa. Habían intentado hablar con los ministros, se habían colado en el parlamento británico, habían tirado piedras a los políticos… y todo sin efecto.
Bueno, mejor dicho: con un efecto: Emily fue condenada a diversas penas de prisión. Para protestar desde dentro de la cárcel hizo varias huelgas de hambre. Estas, a su vez, conllevaban una práctica cercana a la tortura por parte de las autoridades: las presas eran obligadas a comer contra su voluntad mediante métodos tremendamente violentos.
El 4 de junio de 1913, Emily decidió que interrumpiría la carrera de caballos conocida como el Derby. Aquí no sólo asistía la flor y nata de la sociedad inglesa: el mismo rey Jorge V era propietario de uno de los caballos que participaba en la carrera. Y no se sabe si por casualidad o con intención, pero fue justamente el caballo del rey que se llevó por delante a Emily cuando salió en medio del trazado con sus banderas sufragistas. El impacto contra el animal fue brutal, y Emily entró en coma y murió pocos días después.
Por una parte, la reacción de Jorge V fue considerarlo un hecho “lamentable y escandaloso”, mientras que su esposa Mary definió a Emily como “una mujer horrible”. Pero lo cierto es que las imágenes de su muerte impactaron mucho a la sociedad británica, igual que lo hizo su funeral, en el que 50.000 personas le rindieron honores de mártir.