Del respeto a la Guardia Civil

Madrid

¿Respeta el Ojo a la muy noble profesión de odontólogo? Claro que sí, pero se avergüenza de los máximos responsables de Vitaldent, varios de ellos detenidos por numerosos delitos. ¿Hay que admirar a los banqueros? No a todos, que pueden ustedes asomarse a nuestras cárceles. ¿A los periodistas? Es absolutamente imprescindible, y este Ojo ya les ofrece un museo bien nutrido de canallas, separar con cuidado el grano de la paja.

¿Por qué entonces, hay que tener tantos miramientos, hasta acallar el sentido común, con todos y cada uno de los miembros de la Guardia Civil, que también acogerá en su seno, aunque solamente sea por pura estadística, a delincuentes y descerebrados?

Fue un guardia civil quien entró con tricornio y dando tiros en el Congreso el 23-F de 1981 junto a decenas de agentes del Cuerpo que huyeron despavoridos cuando el golpe fracasó.

¿Es feo recordar Intxaurrondo? Algunas cosas más desagradables ocurrieron en sus mazmorras. ¿Y el guardia civil expulsado de la violenta manada? ¿Respeto a la Institución? Todo. De uno en uno, según y quién.