Qué se quedará entre nosotros

Madrid

Se van poco a poco las restricciones a la movilidad, abren bares y tiendas y esta semana vuelve el fútbol pero hay tres cosas que se van a quedar entre nosotros mucho tiempo. La mascarilla, la distancia social y el lavado de manos. El decreto de la nueva normalidad condicionará nuestra vida durante meses y entrará en vigor cuando acaben las fases. Mascarilla, distancia social y lavado de manos, como un mantra. Una realidad que altera la vida cotidiana, el trabajo, la economía, la educación y las relaciones sociales. Nada menos. Hoy lo ha aprobado el gobierno y habrá que votarlo en el Congreso. El Ejecutivo dice que busca el máximo apoyo y ya tiene el del PNV y Ciudadanos. Quizás se sume Esquerrra, siempre tan imprevisible. Y no hay noticias del PP, aunque sus presidentes autonómicos se han apuntado a la prudencia en cuanto la Fase 3 los ha convertido en responsables únicos de la desescalada. Se acabó pedir abrirlo todo urgentemente, como hacían en lo peor de la pandemia. Ahora pasito a pasito. Como debe ser, por otra parte, y en coordinación. Menos Madrid, que mantiene el enfrentamiento total con el gobierno central y es el modelo de Casado. Mientras en Cataluña, el partido de Puigdemont tensiona cualquier posible colaboración estatal de Esquerra.

Escribe hoy Enric Juliana en 'La Vanguardia' que los dos motores principales de España, Madrid y Cataluña, están gripados, con gobiernos autonómicos en descomposición, abonados al ruido y la furia, y que sin los focos de tensión catalán y madrileño, España ofrecería políticamente unos estándares más europeos.

Cuando bajen las aguas y tengamos que recoger los destrozos de esta crisis, veremos en qué queda el ruido y la furia.