Admitir la realidad

Madrid

Los sonidos que hoy aporta la Cadena SER a la tragedia de las residencias de mayores durante la pandemia, vuelven a poner negro sobre blanco la instrucción política que, en Madrid al menos, decidió no remitir a los hospitales a muchos de los residentes. Es la historia de Alejina, 89 años, en plenas facultades mentales, que enfermó el 11 de marzo y a la que sólo la gestiones de su familia consiguieron llevar a un hospital para morir a los pocos días. Ayer escuchábamos la conversación de su hija con una médica de la residencia que publicaba 'elPeriódico' y donde se explicaba que el protocolo de la Comunidad la condenaba a morir si empeoraba. Hoy la SER dispone de la grabación que demuestra la impotencia del director de la residencia y el dolor de la hija. 

Las familias están yendo a los tribunales y será la justicia la que decida si hay o no hay responsabilidades penales. Pero lo que resulta cada vez más evidente, lo imprescindible después de escuchar las grabaciones, es que las autoridades de la Comunidad de Madrid admitan la realidad, la existencia de los protocolos y que detallen qué están haciendo para no tener que volver a dar instrucciones como esas si la pandemia se agudiza de nuevo. Pero el gobierno de la Comunidad de Madrid está sumido en sus propias divisiones. Desde esta tarde la SER les viene contando la dimisión del responsable de las residencias públicas de la Comunidad. Se llama Óscar Álvarez, tiene 46 años y argumenta motivos de salud porque ha tenido Covid. La suya es la tercera dimisión en la consejería de Políticas sociales, enfrentada públicamente a la consejería de Salud. Y el virus sigue aquí.