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¿Qué controles deben hacerse a los turistas que lleguen a España?

Además de los tres controles que se están haciendo ya, los expertos consideran que la realización de PCR en origen aumentarían la efectividad de los controles

Pasajeros procedentes de Londres caminan entre los pasillos delimitados, antes de rellenar un formulario, a su llegada al Aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez / Jesús Hellín - Europa Press (EUROPA PRESS)

Pasajeros procedentes de Londres caminan entre los pasillos delimitados, antes de rellenar un formulario, a su llegada al Aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez

Madrid

El próximo miércoles la Unión Europea abre sus fronteras exteriores, en medio de muchas críticas por los controles que se están haciendo en los aeropuertos. El gobierno ha implementado un triple control. El primero es documental: los turistas que llegan a España tienen que facilitar sus datos de contacto para estar localizables en caso de que un pasajero dé positivo. El segundo es visual, basado en el aspecto físico. Y el tercero es un control de la temperatura.

De todos ellos, se ha resaltado el control de la temperatura, cuando lo cierto es que su eficacia es relativa. Según el profesor de virología en la Universidad Autónoma de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Virología, José Antonio López Guerrero, "hace aguas por todas partes. Ya se ha demostrado que con un 40% de los pacientes siendo asintómaticos es un filtro muy pobre".

Además de las dudas sobre su eficacia, otro de los problemas que conlleva el control de temperatura es que puede saltarse con un gesto muy simple: un Paracetamol, como reconoce Patricia Guillem, catedrática de Epidemiología, Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Europea de Valencia. Considera, sin embargo, que "es una medida más disponible que se tiene que utilizar aunque no sea 100% efectiva".

¿Cuál es la solución?

Por ello, frente a este triple control que podría no dar los resultados esperados, tanto López Guerrero como Guillem coinciden en que las pruebas PCR son la mejor opción. Sobre todo por la fiabilidad: es la prueba que mayor porcentaje de efectividad tiene. Y frente a las pruebas rápidas, las PCR aportan información sobre si el turista tiene o no el coronavirus en el momento de realizarla.

"La situación ideal sería hacer una PCR combinada con otras pruebas, como los test serológicos. Porque si una prueba da negativo y otra positivo, eso permitiría conocer la situación real del paciente: si es portador asintomático o si es portador inicial", indica Guillem.

Las PCR, sin embargo, deberían hacerse en base a dos criterios. Dónde y cuándo. ¿Dónde? Siempre en el aeropuerto de origen "porque si no se corre riesgo de infectar a todo un pasaje", afirma López Guerrero. ¿Y cuándo? Un par de días antes de realizar el viaje. "No vale con hacerla una semana antes de que se vaya a viajar. Tiene que ser en los dos días previos a la realización de ese viaje", sostiene Guillem.

Según los expertos, España sí tendría capacidad suficiente para realizar PCR masivas a todos los turistas que salgan de nuestro de país. Porque si las PCR tienen que ser en origen, cuando los viajeros vuelvan a su país, tendrían que hacerse una nueva prueba en España. En principio, todo parece sencillo, pero la realidad es mucho más compleja de abordar.

Los problemas de las PCR a los turistas

De momento no hay ninguna regulación, ni en Europa ni en España, sobre la realización de este tipo de pruebas, pero de aprobarse el gobierno tendría que hacer frente a dos cuestiones. Por un lado, quién pagaría esas pruebas. Según el presidente de la sección de Derecho Sanitario, Juan José Bestard, "lo más lógico sería que las pagara el país que la pidiera". Es decir, si las PCR deben ser en origen, las pagaría el país del que salga el turista.

Y, por el otro, el problema más grave radica en si España podría exigir a cualquier país que se hiciese pruebas a todos los turistas que quisieran venir. "Podría, siempre y cuando los turistas no vengan de un país de la Unión Europea", indica Bestard. Es decir, España solo podría exigir estas pruebas en origen a aquellos turistas que vengan de países extracomunitarios. Para obligar a un turista europeo, según Bestard, "el gobierno debería aprobar una regulación".

La aplicación de esta medida, por tanto, es viable y recomendada desde el punto de vista epidemiológico. Pero desde la perspectiva legal, implica muchos problemas porque no hay un precedente para legislar y porque ni siquiera hay (de momento) una lista de países extracomunitarios a los que se abrirán las fronteras exteriores de la Unión Europea.

Además, los expertos recuerdan que debe hacerse un uso responsable de las pruebas para que no se acaben, como ya pasó con las mascarillas o los guantes. Y asegurar que esas pruebas lleguen, en primer lugar, a quienes están en primera línea.

 
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