Cine Embajadores, un punto de encuentro cultural para el sur de Madrid
El viernes 3 de julio abre sus puertas un nuevo cine en una de las zonas de la capital donde no había apenas salas de estreno. En versión original, con terraza y bar, y en un local que fue una sucursal bancaria, así nace el Cine Embajadores
Madrid
Abrir en 2020 parece un acto solo reservado para valientes. Un acto heroico si se analizan las últimas estadísticas del Instituto de Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA), con varias decenas de salas cerradas cada año ante el empuje de las plataformas y la despoblación en España. Según el último censo, de 2019, hay unos 723 cines en nuestro país, 635 convencionales y 88 de verano. La buena noticia para los registros de 2020 es que, al menos, tendrán que sumar una apertura, la del nuevo Cine Embajadores en Madrid.
Los responsables de la distribuidora Surtsey Films dan el salto a la exhibición con un local en el sur de la capital, una zona con mucha vida cultural pero, hasta ahora, huérfanas de salas de estreno. “Cualquier distribuidor de películas que diga que no le apetece abrir un cine, miente. Todos lo tenemos en la cabeza y a mí me apetecía mucho. Abrir un cine debe costar entre uno y dos millones de euros, un cine como el que cualquiera conoce, con siete u ocho salas, cientos de butacas… Yo pensé que si hacía algo más pequeño, con cine de autor y en versión original en el centro de Madrid, no sería tan caro. Y aquí estamos”, explica ilusionado Miguel Ángel Pérez, impulsor del proyecto.
Medio millón de euros y un año y pico después, ahí están. Con las obras terminadas, con los primeros carteles de películas en la Glorieta de Santa María de la Cabeza y un barrio deseoso de tener un nuevo centro cultural y de ocio. Los caprichos del destino han hecho además que se levante sobre la oficina de un banco cerrada tras la crisis. “Necesitábamos un local muy especial y éste estaba destinado para mí. Como era una sucursal bancaria, yo estaba seguro de que no iba a tener techos altos, y la comercial se empeñó. Me empujó mucho y al final accedí a visitarlo. Cuando lo hice, lo descarté de inicio, solo había un falso techo, pero de pronto, en una de las oficinas de la sucursal había un agujero en el techo por una inundación y se veía que los techos tenían casi seis metros de altura. Y entonces dije: Dios, dios, dios. Es este. Llevaba casi un año buscando, parece ser que esto era un antiguo taller de mecánica porque cuando hemos ido abriendo y rascando, hemos visto las líneas de las paredes”.
La búsqueda del local fue lo que más tiempo les llevo. Siempre tuvieron en mente el barrio de Embajadores y también el de Chueca. Los barrios del sur de la capital se habían quedado sin cines hace muchos años. “En esta zona estaba el Candilejas, yo vivía en Carabanchel, pero aquí había tres o cuatro, había más cines que bares en los 70. De hecho, el Candilejas ha estado ocupado hasta hace un tiempo y haciendo proyecciones piratas. Es una zona en la que, además de La Casa Encendida, el Reina Sofía o Matadero, hay teatros alternativos, una calle solo dedicada a galerías de artes en Lavapiés… Solo faltaba un cine con películas de estreno”, añade Pérez.
Para montar un cine en España no hay subvenciones ni ayudas directas. La intermediación de AvalMadrid para pedir los créditos, la exención del IBI del local, y nada más. De Europa, sí llega algo de dinero, entre 10.000 y 15.000 euros anuales de un programa para fomentar la exhibición cinematográfica. Si el camino era largo y pedregoso, la pandemia se cruzó en sus planes de abrir en el mes de marzo, cuando lo tenían todo casi a punto. Han vivido meses de incertidumbre y miedo por un proyecto que temían que esta nueva crisis se lo llevara por delante. “Al principio surgieron muchas dudas, había gente que decía que el cine, como lo conocíamos, no iba a volver a existir, que se iba a ver solo en casa, que hasta dentro de tres años no se encontrará una vacuna… Todos estos obstáculos se han ido solventando. Y abrimos al 60% y una semana después, ya al 75%. Visto lo visto, no me puedo quejar para nada”.
Los responsables del Cine Embajadores, ahora sí, ven la luz al final del tunel. El día 3 abre sus puertas con tres salas en grada, una de 93 butacas, y otras dos de cincuenta aproximadamente. Para aprovechar cada espacio, cuentan con equipos digitales dentro de cada sala- ya no hacen falta las cabinas-, pantallas grandes y sonido 7.0. “Programaremos solo cine en versión original pero independiente y también de multinacional, intentaremos que sea cine de calidad que haya pasado por festivales. El cine infantil lo vamos a hacer de momento doblado, salvo alguna experiencia. Estamos en el barrio, hay muchos padres con niños y tenemos que acoplarnos también a lo que la gente espera de nosotros”.
La novedad será que el cine también alojará un bar, con una barra dentro y una amplia terraza fuera. “Me gustaría que fuera el centro neurálgico cultural de la zona, por aquí viven muchos actores, directores, periodistas…Queremos que sea punto de encuentro. Y también que vengan los padres a traer a sus hijos y se quedan fuera tomándose algo con sus amigos”. El tiempo dirá como cuadran las cuentas pero, para sus responsables, las expectativas son halagüeñas. “A medio y corto plazo, julio y agosto son catastróficos para la asistencia a los cines, se hace la mitad que en diciembre, que es la mejor época. Pero parece que hay predisposición de la gente de volver, con muy poco, vamos a poder cumplir las expectativas. La clave es hacer el 25% de media de asistencia a la semana, el problema es que las salas solo se llenan en las tardes del fin de semana y el día del espectador, por eso queremos hacer muchas actividades y, por ejemplo, vamos a dejar pasar botellines de cerveza en la última sesión para que venga gente joven al cine”, concluye Miguel Ángel Pérez.
José M. Romero
Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...