¿Una sentencia naturalmente injusta?
"La decisión del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura defiende una cosa y su contraria, es decir, que la construcción es ilegal porque afecta al medio ambiente de una zona especialmente protegida, pero que se puede mantener lo ya construido porque no afecta al medio ambiente. Es ilegal, pero poquito", la polémica del día de Isaías Lafuente
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Madrid
Un auto del Tribunal Superior de Extremadura considera que la construcción del complejo Isla de Valdecañas, una urbanización de lujo construida en un espacio protegido de Cáceres, es ilegal, pero determina que lo ya construido no debe derribarse. Estamos hablando de 185 chalets, un hotel y un campo de golf. El tribunal ha tenido en cuente el coste económico que supondría a la Junta el derribo por el pago de indemnizaciones a los compradores y la restitución de los terrenos a su estado natural. al menos 145 millones de euros.
Será por nuestra ignorancia, pero la sentencia parece naturalmente sorprendente. No solo porque contradice una sentencia del Tribunal Superior de Extremadura ratificada por el Supremo que, dada la ilegalidad de la construcción, ordenaba la reposición de los terrenos a su estado natural, sino porque en su decisión defiende una cosa y su contraria, es decir, que la construcción es ilegal porque afecta al medio ambiente de una zona especialmente protegida, pero que se puede mantener lo ya construido porque no afecta al medio ambiente. Es ilegal, pero poquito. Las organizaciones ecologistas que denunciaron el proyecto recurrirán. Veremos si las instancias correspondientes hacen suya nuestra perplejidad o la agrandan.