Mallorca: punto negro de la violencia machista

Madrid

A finales de 2018, las compañeras de la revista La Marea consiguieron, mediante una campaña de micromicenazgo, iniciar el proyecto #PorTodas. Más de 2.800 personas aportaron casi 90.000 euros para investigar, contextualizar y contar la historia de cada una de las 55 mujeres asesinadas por violencia machista en nuestro país en 2014.

Alba Mareca, forma parte del equipo de PorTodas y acaba de llegar de Mallorca de documentar varias historia. Y es que, según un reciente informe del Observatorio contra la violencia doméstica y de género del Consejo General del Poder Judicial, Baleares es la comunidad autónoma con la tasa más alta de mujeres asesinadas por violencia machista entre 2003 y 2019. El pico más alto se dio en 2016, con seis feminicidios: cinco en Mallorca y uno en Ibiza.

Según la periodista, nos faltan datos para explicar la excepcionalidad de las islas. Los datos también apuntan a una alta incidencia en Canarias: "Las expertas que hay en Baleares reconocen que los recursos son todavía insuficientes y el problema es mayor en los pueblos, concretamente de Mallorca, que es la isla que, con mucha diferencia, más feminicidios registra". Esta falta de recursos se pueden contabilizar en aspectos concretos: entre 2011 y 2015, por ejemplo, se redujeron notablemente los puntos de atención a mujeres. Algo que, según las expertas consultadas por #PorTodas, dificulta la situación y ralentiza el proceso para alcanzar las soluciones. En cualquier caso, apunta Mareca, "esta falta de recursos es generalizada, se da a nivel estatal y no exclusivamente en Baleares".

En su viaje a Malllorca, la reportera ha investigado la historia de Maria Rosa, asesinada presuntamente por su expareja en junio de 2014 en Sóller, al noroeste de la isla. El agresor se suicidó inmediatamente, por lo que a los ojos de la Justicia no está condenado por el crimen. Por ese motivo hay que resaltar la presunción.

La víctima tenía 45 años y dos hijas con el agresor. No existían denuncias previas, aunque Maria Rosa sí había narrado situaciones de violencia en su entorno. En ese momento, en 2014, los menores que quedaban huérfanos tras un asesinato machista todavía no eran considerados víctimas de violencia de género porque esta modificación en la Ley de la Infancia y la Adolescencia se hizo al año siguiente, en 2015. De hecho, según pudo poner de manifiesto sobre el terreno La Marea, una de las principales trabas que señalan los Servicios Sociales de Sóller es que les fue difícil, después del feminicidio, encontrar recursos de atención psicológica para estas hijas, que quedaron huérfanas y cuya tutela tuvo que asumir una familiar.

"De los 33 asesinatos que ha ocurrido en Mallorca, 18 de ellos fueron en pueblos, no en Palma. También sabemos que se da más en localidades más cercanas a la costa, donde hay más industria turística", explica Rosa Cursach, directora insular de Igualdad del Consell de Mallorca, que asegura que desde las instituciones intentan buscar explicaciones con los datos disponibles y trabajar conjuntamente con los municipios. "Pensamos que cuantas más implicación haya de todos los agentes que podemos intervernir –en la prevención, la detección, la actuación y la reparación del daño–, más posibilidades de éxito tendremos en la erradicación de esta violencia".